Banco Santander obtuvo un beneficio atribuido de 5.077 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un aumento del 10% con respecto al mismo periodo de 2016. El banco que preside Ana Botín explicó que el repunte de su beneficio se debe al incremento de la calidad y la recurrencia de los ingresos, junto con el control de costes y una mejora de la calidad del crédito. La entidad registró este resultado tras destinar 515 millones de euros a cargos extraordinarios. Así, en el tercer trimestre, el grupo se apuntó unos cargos no recurrentes de 300 millones de euros por la integración del Popular, de 85 millones de euros por la integración de la unidad minorista y de la banca de consumo en Alemania, y de 130 millones por empresas participadas, activos intangibles y otros conceptos.

Excluyendo estas partidas, el beneficio ordinario del Santander en los nueve primeros meses se situó en 5.592 millones de euros, un 15% más. Además, la ratio de morosidad del banco bajó hasta el 4,24%, debido principalmente al acuerdo para vender 30.000 millones de activos inmobiliarios del Popular. Excluido este banco, la ratio de mora del Grupo Santander cayó hasta el 3,51%. Botín resaltó que la entidad ha presentado unos resultados "sólidos" este trimestre, con tendencias positivas y una mejor calidad de ingresos en todos los mercados en los que opera. "Estamos muy contentos con los avances conseguidos desde que compramos Banco Popular en junio. Hemos ampliado el capital necesario, alcanzado un acuerdo para la venta de los activos inmobiliarios y recuperado más de 10.000 millones de depósitos de clientes", subrayó. En cuanto a Popular, y para el negocio de España, la entidad generó una pérdida atribuida de 122 millones de euros por un cargo no recurrente de 300 millones de euros registrado en el tercer trimestre para costes de integración.

Por otra parte, el consejero delegado del grupo, José Antonio Álvarez, avanzó que Santander negociará "en las próximas semanas" con los sindicatos una reestructuración en los servicios centrales del grupo. No obstante, Álvarez no quiso anticipar ni el número de trabajadores que se verán afectados, ni la forma en la que se aplicará la reestructuración, dado que estas decisiones deben ser fruto de un acuerdo con los sindicatos, según ha dicho. También admitió que que la situación de Cataluña ha provocado "cierto nerviosismo" y "afluencia de clientes" a la entidad, tanto en la región como en el resto de España, al tiempo que ha habido un movimiento de depósitos, pero "no material". "Tenemos una presencia en Cataluña y queremos seguir trabajando en Cataluña", zanjó.