La ganancia de perímetro del grupo de automoción francés tras la compra de Opel y Vauxhall se plasma en sus cuentas. Según reflejan sus resultados del tercer trimestre, PSA . Se trata de una cifra que supera en 4.970 millones de euros a la cosechada en el mismo periodo del año anterior.

La mitad de este avance se debe a la recientemente culminada integración de Opel y Vauxhall. Pese a que se hizo efectiva en agosto y, por tanto, los datos de julio no aparecen reflejados, en apenas dos meses añadió 2.789 millones de euros en ventas -de los 14.988 millones cosechados en el tercer trimestre-, con especial peso en Europa, en donde 158.400 de las 540.800 unidades vendidas portaban este escudo.

La otra clave del ascenso es el apetito comprador por los vehículos de mayor gama del grupo galo. Así, con un repunte de las ventas del 8,9% en los nueve primeros meses, hasta los 2,42 millones de unidades vendidas, los ingresos, por su parte, meten una marcha más y crecen al 12,7%.

El grupo de automoción ha sabido sobreponerse al frenazo en las ventas del 6,1% de Citroën y al sufrido en el mercado chino, en donde el fin de las desgravaciones fiscales por compra de coche han enfriado su cifra de ventas un 42,7%, hasta las 242.000 unidades. En concreto, el testigo lo han recogido los mercados en vías de desarrollo, como Oriente Medio (particularmente impulsado por Irán), África y Latinoamérica, con crecimientos de doble dígito en lo que va de año.

Desde PSA consideran que es posible seguir engordando su cifra de negocio y se marcan el objetivo de llevar su facturación en 2018 un 10% por encima de l0s 54.676 millones de euros alcanzados en 2015 y que para 2021, esta roce los 70.000 millones de euros en el cómputo anual.