Que el consumidor gallego cargue con precios en los combustibles mucho más altos que la mayoría de comunidades viene tan de lejos que habitualmente se habla de él como un "problema estructural". Pero, ¿por qué ocurre esto? Pues depende de quién lo explique. Las estaciones de servicio culpan al viejo céntimo sanitario, el tributo reconvertido desde su anulación por parte de la justicia europea en un recargo del impuesto estatal de hidrocarburos, que la Xunta exprime hasta el máximo posible, con 4,8 céntimos por litro. El ejecutivo autonómico, en cambio, lleva mucho tiempo responsabilizando al sector. En junio de 2014 entregó Comisión Nacional de la Competencia (CNMC) un informe sobre el mercado de los carburantes en Galicia para que investigue la existencia de posibles pactos entre empresas. Tres años después, como publicó ayer FARO, el superregulador todavía está en fase de "supervisión y monitorización" diaria de precios, mientras la situación se agrava. Nunca antes la diferencia entre lo que vale un litro de diésel aquí y la media del país fue tan grande. Roza el 5%, según los datos de precios medios que acaba de publicar la propia CNMC, tras dispararse un 200% en la última década.
Por el momento, ni las restricciones a los grandes operadores para nuevas aperturas -Repsol, con un 30% de la cuota de negocio, tiene vetada su expansión en la comunidad- ni tampoco el permiso exprés habilitado por San Caetano para facilitar establecimientos independientes están surtiendo el efecto que buscaban las autoridades autonómicas y esa brecha de costes se sigue ensanchando.
Al cierre de septiembre, el gasóleo en Galicia alcanzó los 1,141 euros por litro. En el conjunto del Estado rondaba los 1,008 euros. O, lo que es lo mismo, llenar el depósito del coche aquí implica desembolsar un 4,9% más (5,3 céntimos por litro) en comparación con el precio medio de España. En 2007, la diferencia era de un 1,6% (1,5 céntimos). El litro en Galicia ascendía a 0,995 euros y el total nacional a 0,980.
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El sobreprecio del gasóleo en Galicia frente al resto del país dio una tregua entre junio de 2012 y octubre de 2013. Algo más de un año en el que el litro era más barato en la comunidad que la media. En los dos últimos meses de ese 2013 volvió a ponerse por encima del valor estatal, aunque poco: un 0,1%. Luego, en enero de 2014 la diferencia saltó por los aires. El gasóleo en Galicia se situó un 3,1% sobre el precio del resto del territorio. ¿Qué ocurrió? Que entró en vigor la subida de la Xunta en el céntimo sanitario hasta el techo de tipos que permite la ley. Desde ese momento no ha habido ni un solo mes en el que el diésel en la región fuese más barato y el pasado septiembre se registró el récord del sobreprecio, casi el 5%.
La relación histórica de precios de la CNMC permite comprobar el efecto de la presión fiscal en la factura final de los combustibles para los conductores gallegos. De hecho, los empresarios del sector recuerdan que, antes de impuestos, la comunidad es la quinta con el gasóleo más caro. Sube a la segunda posición, tras el archipiélago balear, cuando al coste se le aplican los tributos estatales y regionales. "Además, hay que tener en cuenta que el precio que marca el monolito no es el reflejo del coste final por la existencia de tarjetas de fidelización y descuentos", subraya Benigno Redondo, presidente de la patronal de estaciones de servicio de Pontevedra.
"En la Xunta les sale urticaria cada vez que se habla de carga impositiva -continúa Redondo-, pero es algo que se ve nada más cruzar la frontera y entras en comunidades que no tienen el céntimo sanitario". Castilla y León es un ejemplo claro. Después de acabar con el recargo, el litro es 7,1 céntimos más barato que en Galicia. "Existe la acusación de falta de competencia y fijación de precios, pero es mentira -insiste el máximo responsable de las gasolineras pontevedresas-. En los últimos años se están abriendo en centros comerciales y con establecimientos desatendidos".
Sin restar importancia al impacto fiscal, que agrava las diferencias en comparación con otras autonomías sin céntimo sanitario, lo cierto es que el precio antes de impuestos del gasóleo ya es más alto en Galicia que la media. También en este caso septiembre bate récord, con un sobreprecio del 4%.
