La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) todavía no ha iniciado la investigación para esclarecer las causas por las que Galicia paga los combustibles más caros de España. Han pasado casi tres años, en enero de 2015, desde que la Xunta alertase de un "pacto" de las compañías petroleras en la Comunidad y reclamase a Competencia una investigación a fondo ante los elevados precios del gasóleo.

Tras esta denuncia, el presidente de la CNMC, José María Marín Quemada, se comprometió el pasado mes de mayo (durante su visita a Galicia) a identificar sus causas "en el plazo más breve posible". Como reconocen fuentes de este organismo, el caso se encuentra todavía en una fase de estudio preliminar. En esta etapa los investigadores de la CNMC se encargan de tareas de "supervisión y monitorización diaria" de los precios de los combustibles. Lo que buscan son indicios de prácticas anticompetencia que sí sean objeto de investigación. Una teoría que fue sugerida por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, cuando denunció que los precios del gasóleo eran "más caros" porque las operadoras "pactaban".

Sería solo en el caso de que las pesquisas apunten en esta dirección, a la existencia de un cártel, cuando el organismo presidido por Marín Quemada incoaría un expediente sancionador contra los operadores responsables de estas prácticas distorsionadoras del mercado. Mientras tanto no hay investigación iniciada, no hay conclusiones y los precios en Galicia continúan siendo los más prohibitivos para los conductores. Y va a peor.

Los datos que aporta cada día el Ministerio de Energía -y que supervisa la CNMC- revelan lo mismo que el informe que encargó la Xunta en el año 2014 al Consello Galego da Competencia (CGC): que los conductores gallegos se siguen enfrentando a los precios más elevados de todo el Estado cada vez que se disponen a llenar sus tanques de combustible. Y es que, pese a que el suelo gallego alberga una de las diez refinerías que existen en España -la de Repsol, en A Coruña-, el precio final del carburante más empleado en la comunidad, el gasóleo, es de 1,163 euros el litro de media, frente a los 1,104 euros del promedio estatal. Y la diferencia, lejos de minimizarse, se está ampliando. Si en enero el precio del combustible era en Galicia un 2,8% superior al del conjunto de España, en la actualidad la brecha es ya de casi el doble: el 5,3%. Una horquilla que se abre todavía más en las provincias de Ourense y Pontevedra, en donde el litro de diésel se dispara hasta los 1,192 y los 1,171 euros el litro, respectivamente.

Una de las tareas que tiene por delante ahora el organismo presidido por Marín Quemada es depurar los datos para identificar hasta qué punto estos mayores precios se deben a la concentración del mercado -Repsol ya no puede abrir gasolineras en Galicia este año al superar el 30% de cuota-, a prácticas en detrimento de la competencia u otros factores. En el precio final de los combustibles influyen los tributos aplicados por cada una de las comunidades, como el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos, con un tramo estatal y otro autonómico, que se va hasta los 4,8 céntimos por litro. El céntimo sanitario de Galicia está a la cabeza de España, junto con otras cinco comunidades. En todas ellas, no obstante, el carburante es más barato.