El éxito de los trabajos de investigación de la empresa porriñesa CZ Veterinaria para prevenir la brucelosis en el ganado ovino y caprino traspasa fronteras. El proyecto conjunto de la biofarmacéutica, que cumple 25 años el próximo año, la Universidad de Navarra y el CITA de Aragón se cuela entre los diez premiados a nivel mundial con 100.000 euros procedentes de la Alianza Mundial para el Desarrollo de Medicamentos Veterinarios (GALVmed), financiada con fondos de la organización del fundador de Microsoft y su esposa.

Con este galardón, el jurado premia los estudios de CZ Veterinaria, que demuestran que es posible obtener una cepa vacunal manipulando genes responsables de metabolizar la bactería Brucella Melitensis. Además, GALVmed espera que la aportación económica permita financiar los esfuerzos en materia de investigación y establezca los cimientos para que estas pasen de la teoría a la práctica. El objetivo es que las vacunas que resulten como fruto de estas iniciativas permitan dar respuesta a una enfermedad que provoca infertilidad, fuertes pérdidas de peso y menor producción lechera en el ganado. Una situación que provoca fuertes estragos en los países en vías de desarrollo.

Los diez proyectos premiados entran ahora en una carrera por hacerse con los 26 millones de euros adicionales que se pondrán en juego en las siguientes fases de este premio. En concreto, los cuatro mejores proyectos que presenten una prueba de concepto se llevarán un millón de euros cada uno y el primero que logre ser registrado de manera oficial, 20 millones a los que se podrían añadir otros cinco adicionales si el fármaco cumple determinados requisitos.

La mitad de su facturación

La magnitud del premio gordo por el que compite ahora la compañía surgida a finales de 1993 como una escisión del grupo Zeltia es tal que, de recibirlo, representaría algo más de la mitad de la facturación que obtiene a lo largo de un año. Según declaran fuentes de la empresa porriñesa, los ingresos consolidados de este grupo que aglutina a un total de 230 trabajadores escalaron hasta los 46 millones de euros en el año 2016. La mayor parte -tres cuartas partes del total- se lograron fuera de España.

Conscientes de la necesidad de innovar en un sector como el biofarmacéutico, la empresa se marca como pauta dedicar el 11% de sus ingresos anuales a financiar las actividades de I+D. Solo el año pasado dedicó en torno a cinco millones de euros a la partida de investigación y desarrollo. Con esta medida la firma persigue ser pionera y abrir paso en el desarrollo de fármacos. Este es el caso de la primera vacuna contra la tuberculosis desarrollada en España y que corrió a cargo de la otra empresa del grupo, Biofabri -especializada en fármacos para uso humano-.