El presidente de Abanca nunca cerró la puerta a protagonizar alguno de los movimientos corporativos del sector en la posible segunda oleada de fusiones. Al contrario. Desde que la primera entidad financiera de Galicia volvió a beneficios y dio por cerrada la etapa de transición tras la subasta del negocio de la fusión fallida de las cajas, Juan Carlos Escotet admitió abiertamente la búsqueda de oportunidades de compra "rentables". Solo "algo muy complementario y a muy buen precio". Esas condiciones dejaban poco margen para actuar en el mercado nacional, como él mismo subrayó siempre. Hasta ahora. Abanca se hizo este año con la división de crédito al consumo del Popular por 39 millones de euros y ahora pone el foco en la filial española del Deutsche Bank. Ya ha presentado una oferta, según confirman fuentes financieras, en la puja en la que también participa el BBVA.
El colchón de capital coloca a Abanca en una posición muy cómoda para analizar operaciones. La entidad cuenta con 1.800 millones de euros por encima de los requerimientos legales. "Los tenemos para explorar oportunidades que se vayan presentando", insistía Escotet durante la presentación de los resultados del primer semestre del ejercicio.
El mensaje propició su aparición en las quinielas de todos los procesos en marcha. A Abanca se la relacionó con la subasta por Mare Nostrum antes de que el Gobierno decidiera integrarlo en Bankia; con una unión con Liberbank, que llegó a estudiar al comienzo del verano; con el grupo portugués Caixa Geral; y también con el Deutsche desde el arranque de la venta de su negocio minorista en España.
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El elevado precio fijado por su matriz, alrededor de 2.000 millones de euros, frenó el proceso. Las cuantías han ido bailando en los últimos meses. Se rebajó a 700 millones y el sector estima ahora una horquilla de 400 a 500 millones de euros, aunque varias fuentes consultadas no descartan "un calentamiento del valor" para mejorar ofertas y que la cifra real sea "más baja". Deutsche Bank cerró el martes el plazo abierto para la presentación de propuestas y, junto con Abanca y BBVA, podría estar también en la contienda Credit Mutuel -antiguo socio del Popular en Targobank-, aunque fuentes consultadas por FARO no descartan que finalmente se haya quedado fuera. Ahora comienza la fase de análisis y todo apunta a que la negociación final pueda desarrollarse antes de que acabe este mes de octubre.
A cierre de 2016, Deutsche Bank tenía en España un total de 2.304 trabajadores repartidos en 235 oficinas. Cataluña y Madrid son las comunidades en las que dispone de una mayor presencia, con 59 y 50 sucursales, respectivamente. En Galicia únicamente cuenta con 6, por lo que una supuesta integración en Abanca no provocaría un gran problema de solapamiento. La tutela de Bruselas por los 9.000 millones inyectados con el rescate bancario obligaron a la antigua NCG a un importante repliegue de su red foránea, que ahora, fuera ya del paraguas de las autoridades comunitarias, es libre para recuperar.
Los activos superan los 16.200 millones de euros, por lo que el bocado le permitiría a Abanca crecer hasta un 33%, a la espera de conocer qué parte del negocio mayorista no entra en la operación. El beneficio de la filial del banco alemán el pasado año alcanzó los 5,7 millones de euros y durante entre enero y junio de este 2017 el resultado se situó en 6,33 millones.
El proceso de expansión de Abanca, que hasta junio ganó 229,1 millones, parece imparable. Además de la compra de la financiera del Popular, este año estrenó otra en México y, a la vista de los precios que se barajan en el Deutsche y el capital disponible, este intento de crecer podría no ser el último.
