El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, defendió ayer en la Eurocámara el mantenimiento de los estímulos monetarios por la existencia de incertidumbres a medio plazo, al mismo tiempo que ha reiterado que la institución evaluará en los próximos meses una posible modificación de la política monetaria. "Cada vez confiamos más en que la inflación alcanzará eventualmente niveles en línea con nuestro objetivo de inflación, pero también sabemos que un grado muy sustancial de acomodación monetaria es todavía necesario para que la senda alcista de la inflación se materialice", aseguró ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

"Necesitamos ser pacientes y persistentes. Un ajuste al alza de la inflación nominal que sea duradero y autosuficiente requiere una mayor absorción de la desaceleración económica. Esto, a cambio, requiere todavía un amplio grado de política monetaria acomodaticia", insistió ante los eurodiputados. El banquero italiano sostiene que la "firme" recuperación económica aún debe traducirse de una forma más convincente en una dinámica inflacionista "más sólida". Draghi explicó que los riesgos deflacionistas "esencialmente han desaparecido" pero ha recordado que la inflación subyacente "solo se ha incrementado moderadamente en los últimos meses".