Probablemente, ni las propias Cámaras de Comercio podían imaginar hasta dónde llegaría el impacto del histórico cambio normativo de finales de 2010 que convirtió las polémicas cuotas de sus asociadas en aportaciones voluntarias. El pago corre a cargo solo de aquellas compañías que "decidan libremente" ponerse bajo su paraguas. Luego, en abril de 2014, la nueva ley básica de los organismos recuperó "el principio general de pertenencia" para todas las empresas, sin tocar, eso sí, su financiación: ingresos ordinarios y extraordinarios por la prestación de servicios, productos y rentas generados por su patrimonio, legados y donativos, créditos, otras vías que una ley les atribuya y esas contribuciones libres de posibles socias. Fue una de las razones por las que las Cámaras de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía acometieron su fusión el pasado año. Para, como recuerdan en sus cuentas anuales, "optimizar la utilización de los recursos disponibles", además de "mejorar la capacidad técnica, operativa y de representación y defensa" de sus intereses. "Sin embargo, persisten incertidumbres debidas a la dificultad de captar aportaciones voluntarias en un volumen significativo", admite la entidad, que urge desbloquear los programas sufragados por fondos europeos que gestionan las cámaras. De lo contrario, avisan sus responsables, "no se descartan" recortes de plantilla.
En el primer ejercicio de la integración, la Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía cerró con pérdidas de 500.292,50 euros. La cifra de negocios alcanzó los 494.142 euros. Los ingresos "por recurso cameral permanente" -la partida que recoge la recaudación propia y, por lo tanto, las cuotas empresariales- sumaron únicamente 3.285,92 euros. Por servicios prestados y "las distintas actividades llevadas a cabo" recaudó 494.142 euros.
A principios de junio del año pasado, la entidad comenzó a aplicar un esquema de aportaciones voluntarias novedoso para llamar la atención de las empresas. Las que realicen aportaciones por encima de determinados umbrales vinculados al tamaño pueden acceder a ventajas en los servicios que da la Cámara. La unión de las tres permitió "relanzar" la estrategia de cuotas, "aplicándolo a todas las empresas de la nueva demarcación". "Está previsto que este nuevo instrumento -señala en sus cuentas anuales- se consolide en los próximos años como una fuente de ingresos fundamental para el sostenimiento de la entidad".
¿Por qué existe esa "dificultad" en captar cuotas voluntarias? La Cámara esgrime que las razones de las empresas para pagar son "muy limitadas", ya que "la adscripción" tiene "carácter universal" y, por lo tanto, sus servicios llegan tanto a las firmas que aportan como las que no. "La opinión generalizada de las Cámaras de España es que no se puede confiar la financiación básica de las mismas a aportaciones de carácter voluntario", remarca la entidad presidida por José García Costas. Y lanza una crítica contundente hacia la ley básica de regulación: "Parece contradictorio establecer la necesidad de las funciones públicas de las Cámaras -dice, en referencia a ese principio general de pertenencia- y no establecer mecanismos que las doten económicamente de manera adecuada".
3,5 millones
Entre las alternativas para aliviar la asfixia financiera están los programas europeos de fomento de la competitividad, internacionalización, empleo y emprendimiento, en los que las cámaras son intermediarios. Los proyectos contemplan partidas que permiten a las entidades recuperar los costes derivados de su ejecución. Por eso la Cámara de Pontevedra, Vilagarcía los ve como "un importante ingreso" para su "sostenimiento", al igual que sucede con las acciones de internacionalización desarrolladas con el Igape.
En 2016 "no se han comenzado a ejecutar ninguna de las actividades previstas". "Persiste -insisten las cuentas del organismo- la incertidumbre". La dotación reservada por la Cámara de España para la de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía roza los 3,5 millones de euros. El "elevado importe" y "la consecuentemente importante dedicación" del personal -cuenta con 37 empleados- para la gestión "ha desaconsejado tomar medidas de reducción de plantilla que, sin embargo, no se descartan tras conocer con mayor detalle los requerimientos de ejecución real de los mismos".
La Cámara pone el ojo además en "maximizar" los ingresos por servicios, aunque otra vez incide en que "se hace preciso contar con otras fuentes de ingresos". La Cámara de España ha creado un grupo específico para sondear oportunidades, como podrían ser encomiendas de gestión cedidas por el Estado.
