El sector exportador ha sido uno de los salvavidas que ha salido al rescate de la economía gallega para devolverla a sus niveles precrisis. Esa luz propia con la que brilla en los últimos años parece no apagarse y en 2017 apunta a un nuevo récord. En los siete primeros meses del año, las ventas de productos con países extranjeros reportó unos ingresos de 12.371 millones de euros a la comunidad, una cifra que supera en un 9,3% a la registrada en el mismo periodo del año anterior.

El comportamiento del comercio exterior de la comunidad es ligeramente mejor al del conjunto del Estado, en donde el crecimiento registrado es del 9,1%. Buena parte de este nuevo repunte descansa sobre la buena marcha de sectores como el naval o el textil. Este último se consolida en el primer puesto de ventas al exterior, tras encadenar un nuevo crecimiento del 11,7% y ya representa casi un tercio del total. Las entregas de buques y componentes al exterior, por su parte, reportaron unos ingresos de 315,07 millones de euros en los siete primeros meses del año, una cifra que supone prácticamente cuadruplicar a la registrada en el mismo periodo del año anterior.

Si estos sectores representan la mejor cara de los datos de exportaciones, la automoción, por el contrario, no logra dar carpetazo al frenazo que sufrió a comienzos de año. Contabiliza 2.263 millones de euros en ingresos, un 6,3% menos que en el mismo periodo del año anterior.

Por zonas geográficas, Galicia ha sabido compensar el menor impulso comprador procedente de China, que reporta un 7,14% menos de ingresos, con la reactivación de las ventas a América Latina y el aumento sostenido con los socios de la Unión Europea, en donde registra crecimientos del 52,8% y el 6,8%, respectivamente.

En el otro lado de la balanza, las importaciones parecen cumplir ese patrón según el cual siempre crecen a mayor ritmo que las exportaciones en épocas de expansión económica, aunque en los últimos meses lo hace con especial intensidad. No en vano, las compras realizadas procedentes del exterior crecen un 13,8% en el acumulado del año respecto al mismo periodo de 2016, y se sitúan en los 10.038 millones de euros.

La respuesta de las importaciones gallegas a la estabilización de la economía es más acusada que en el conjunto del Estado, en donde el repunte es algo más modesto: del 11,7%.

El segundo mayor superávit

De este modo, el saldo de la balanza comercial gallega (la diferencia entre las exportaciones y las importaciones) ve cómo su margen se estrecha, aunque todavía se mantiene en niveles holgados. De hecho, los 2.333 millones de euros de superávit comercial que acumula la comunidad le sirven para ascender un escalón en la clasificación de autonomías con un saldo comercial más positivo.

En concreto, Galicia adelanta a la Comunidad Valenciana, cuya balanza comercial sufre un fuerte deterioro, hasta situarse en los 2.230 millones de euros, tras darse el cóctel de estancamiento de exportaciones y repunte de las compras al exterior.

Por delante de Galicia tan solo se sitúa País Vasco. El superávit comercial de la comunidad foral, pese a caer por debajo de los 3.000 millones de euros, todavía se mantiene en los 2.990 millones de euros.

Estas tres comunidades forman parte de la docena de autonomías que mantienen su saldo comercial en terreno positivo. Pese a ser mayoría, el superávit de estos territorios no sirve para compensar los abultados números rojos que arrastran las balanzas comerciales de Cataluña o Madrid, cuyos déficit se van hasta los 7.931 millones y los 17.577 millones de euros, respectivamente.