"En ocasiones, los adelantos tecnológicos van por delante de los desarrollos normativos". Con esta frase ilustraba José Manuel Pérez-Pujazón, director general de Indra, cómo se tuvo que parapetar la presentación de su embarcación no tripulada (USV) en la Ría de Vigo. El prototipo, de 7,3 metros de eslora y 1,5 toneladas de peso, llevó al patrón a bordo, aunque mantuvo sus manos alejadas de los mandos de la nave, para poder cumplir con la normativa, que de momento no recoge la posibilidad de que una embarcación navegue sola. Una situación que sí está regulada para los aviones no tripulados, como el Targus, que sobrevoló la embarcación durante la operación.

Con la iniciativa, pionera en España y que forma parte del proyecto Civil UAV's Initiative, que impulsa la Xunta, se prevé que abra camino en actividades de vigilancia de puertos, investigación medioambiental -con el despligue del robot submarino- y, especialmente, de salvamento. Su importancia en este ámbito cobra relevancia por dos motivos. El primero es que, a diferencia de otras embarcaciones, se propulsa mediante un chorro de agua y no mediante hélices que pudiesen provocar lesiones en las tareas de rescate. La segunda es su capacidad para llevar a cabo maniobras e incursiones de mayor riesgo al no tener que temer posibles daños para la tripulación.

Francisco Conde, conselleiro de Economía, Industria e Emprego, manifestó que presentaciones como estas demuestran que "Galicia se encuentra a la cabeza en innovación" y apeló a que "estos proyectos se puedan industrializar en Galicia" y "poder ser aplicados para la mejora de los servicios públicos".

En la primera fase del desarrollo participaron Seadrone, la firma con sede en Vigo creada por Indra para desarrollos en la materia, la Universidad de Vigo, el Centro Tecnolóxico de Telecomunicacións de Galicia (Gradiant) y una decena de firmas de la comarca entre las que destaca la nigranesa Marine Instruments.