El periodo concursal dejó a Pescanova sin sus barcos más modernos. Se quedó sin el New Polar, de 2004, cuando tuvo que deshacerse de la filial con la que operaba en Falkland Islands (Malvinas). Allí navega todavía el Sil, su último encargo, entregado en agosto de 1987 -como avanzó FARO-, y vendido con el primero a Frigoríficos del Morrazo. El último buque que incorporó a sus filas, el Ila, fue obra del desaparecido Ascón (Astilleros y Construcciones). El pesquero, de 76 metros, nació casi a la par que el actual consejero delegado del grupo, Ignacio González: 1969. Ahora la compañía renovará parcialmente su flota con la incorporación de tres arrastreros y cinco marisqueros para Namibia y Mozambique, respectivamente. Y la pretensión de la compañía es de adjudicar en bloque el pedido, que será así el de mayor envergadura (por tonelaje, no por unidades) de su historia. De este modo, explican desde las empresas de construcción naval, Pescanova aspira a obtener un precio más asequible. El presupuesto aprobado por el consejo de administración es de 42,5 millones de euros.

Solo el rescate del Ila, que antes se integraba en Pesca Chile, costó a Pescanova cinco millones de euros en 2014. Y el arrastrero encargado por Armadora Pereira a Nodosa rondará los 20 millones. "Tienen un presupuesto muy ajustado. Pidieron un poco más de margen pero desde el consejo de administración han dicho que no. No se mueven de ahí", afirma el responsable de una de las empresas de construcción naval que opta al paquete. Confía en que pueda segregarse y en que haya reparto de pedidos. "A ver si cae algo". A día de hoy la compañía cuenta con una de las mayores flotas del mundo, con 72 barcos, pero cuentan con una edad media que supera los 30 años. Por eso el proceso de renovación pesquera será largo y en los astilleros valoran el "esfuerzo" de los actuales propietarios de la multinacional por iniciar su modernización. Nueva Pescanova (sociedad que heredó el negocio de Pescanova SA, la vieja matriz) cerró el ejercicio de 2016 con pérdidas superiores a los 36 millones de euros, pero con un Ebitda positivo de casi 70 millones.

El actual no será el primer macropedido de buques de la empresa, que en su día adquirió una treintena de camaroneros en Japón para faenar marisco en Mozambique. "Son barco pequeños, de entre 27 y 30 metros de eslora", ilustran desde el sector naval. Se trata de buques habilitados con tangones y redes pequeñas con un equipamiento de a bordo que puede costar unos 70.000 euros, según los cálculos de las mismas fuentes. Pescanova opera en este país africano a día de hoy con 34 buques y es, sobre Krustamoz (alianza de la española Arbumasa con China National Fisheries Corporation, CNFC), la pesquera más importante del país. En el puerto de Beira cuenta con un astillero, Beiranave, y un dique seco para la reparación tanto de pesqueros como de los vagones de Caminhos de Ferro, la compañía ferroviaria pública mozambiqueña.

El caso namibio

Los de mayor dimensión serán los arrastreros de Namibia. En el caladero africano, que fue el experimento de la gran flota congeladora de Pescanova en los sesenta, dispone de 14 barcos, entre fresqueros y congeladores. Es un segmento de barcos heterogéneo, con naves de 36 metros (el Natale Senior, de 2002) y otras de más de 70 ( Ribadavia, de 1966). Su filial Novanam es la mayor empresa del país, con 2.000 trabajadores. Cuenta con factorías de procesado en Lüderitz y Walvis Bay. En la primera de ellas, donde Pescanova aterrizó en 1990, está la mayor factoría de pescado de todo el continente, especializada en merluza y en especies bycatch (pesca accidental, no objetivo) como rape o rosada. En Walvis transforma las capturas de los barcos congeladores.

A modo de ejemplo el arrastrero encargado por Tunacor Group Limited (antigua subsidiaria de Pescapuerta en Namibia) en Armón Vigo tendrá un coste de doce millones de euros y algo más de 50 metros de eslora.