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La internacionalización de la economía gallega

La alimentación gallega se alía con firmas de Francia, Bélgica y Holanda para crecer en EEUU y China

El clúster del sector se alía con empresas francesas, belgas y holandesas para sumar esfuerzos y crecer en EE UU, Canadá, Brasil y China con el apoyo de la Comisión Europea

Gráfico: Simón Espinosa

El sector primario y la industria agroalimentaria forman uno de los matrimonios más fructíferos del tejido productivo de Galicia. Juntos suman ya más del 8% del PIB regional y dan trabajo a uno de cada diez ocupados. Al valor puramente económico se suma el importante papel que desempeñan en el equilibrio territorial gracias a su estrecha vinculación con las zonas rurales. Ejemplifican, además, la tan ansiada internacionalización que las propias empresas y la Xunta consideran fundamental para consolidar la recuperación y allanar el camino a un crecimiento sostenido a futuro. Parte del éxito del comercio exterior gallego en lo que va de este 2017 viene, precisamente, de la alimentación y las bebidas, que llevan tres años consecutivos marcando récord de exportaciones. Entre enero y junio, las ventas ascendieron a 1.428 millones de euros, después de una subida del 14% en comparación con el mismo periodo del pasado ejercicio. El Clúster Alimentario de Galicia (Clusaga) se prepara para las acciones en el exterior del nuevo curso, con la mirada puesta en las principales potencias del consumo en el mundo: EEUU, Canadá, Brasil y China. Son mercados grandes y complicados, aunque conocidos para las firmas gallegas, que intensificarán su presencia en alianza con otras compañías europeas y el apoyo de Bruselas.

"Vamos a compartir sinergias para ser más fuertes y acceder con mayor facilidad a estos mercados", explica Roberto Alonso, gerente de Clusaga. La organización comparte el programa "New Frontiers in Food-Fast Foward!" (Nuevas fronteras en la alimentación-¡Adelante!), con el clúster belga Wagralim, los franceses Vitagora y Valorial, y el holandés Food Valley. Los cuatro ya colaboraron entre ellos antes y para este nuevo proyecto extendieron la mano a las empresas gallegas. La Comisión Europea acaba de aprobar una ayuda de 700.000 euros para desenvolver las diferentes medidas previstas a partir de enero del próximo año.

El plan de aceleración está pensado para las pequeñas y medianas empresas, mayoría en el caso del sector agroalimentario de la comunidad. El 80% tiene menos de diez trabajadores. Si es difícil entrar y consolidarse en los gigantes económicos, lo es todavía más para firmas de este tamaño. "La dimensión es un factor determinante a la hora de tomar la decisión de internacionalizarse -subraya el plan estratégico de la Consellería de Economía, Emprego e Industria con Clusaga-. El porcentaje de empresas exportadoras aumenta con el tamaño de la empresa en cuanto a número de trabajadores".

Aún así, el sector agroalimentario gallego es uno de los más internacionalizados de la economía gallega, únicamente por detrás de las manufacturas de consumo, automoción y bienes de equipo. También es cierto que un altísimo porcentaje de las ventas a otros países se concentra en muy pocas compañías. Seis de ellas absorben el 15% y el 70% del total de las exportaciones va a cargo de 90 firmas. Algo parecido sucede con el perfil de actividad. El 70% de las ventas son de las productoras pesqueras, mientras que la carne representa un 11%, la industria láctea y avícola un 5%, un 3,9% las frutas, hortalizas y legumbres. Bebidas y piensos animales suponen cada una el 2,3%.

"Es una de las debilidades claras", admite Roberto Alonso, al igual que la atomización de los destinos. De los casi 2.700 millones de euros de las exportaciones de productos agroalimentarios de la comunidad el pasado año, prácticamente el 30% se fue a Portugal. A Italia se envió el 26,8%; y un 11% a Francia. A continuación, según los últimos datos de la Secretaría de Estado de Comercio, figuran Alemania y Países Bajos, con un 2,8% y un 2%, respectivamente.

Los cuatro grandes mercados en los que quiere avanzar Clusaga en compañía de los otros cuatros clústeres europeos ganan terreno progresivamente en la balanza comercial del sector. China es el séptimo país con más exportaciones de la alimentación gallega, por encima de los 37,6 millones. EEUU ocupa la posición número once (31,3 millones de euros), tras un alza del 17% en 2016, en la senda de crecimiento constante que sigue durante la última década. Justo lo contrario que Brasil, que registra una notable caída del 29% (6,8 millones de euros). Canadá es aún un mercado con mucho margen: recibe el 0,11% de la exportaciones del sector (3,1 millones de euros).

"Nosotros tenemos experiencias en algunos de estos mercados y el resto de clústeres en otros. Incluso Food Valley dispone de una oficina de representación en China -asegura Roberto Alonso-. Es fundamental aprender los unos de los otros y aprovechar la experiencia para dar capacidad a las pymes a abrirse paso en estos mercados". El programa contempla acciones de capacitación con las compañías para vencer los obstáculos de la internacionalización, pero también acciones en destino y misiones comerciales.

"Está claro que el objetivo es tener una presencia más significativa, aunque hay empresas que la tienen actualmente y son mercados para ellas muy maduros y donde es posible seguir creciendo", resume el gerente de Clusaga.

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