El grupo de automoción francés manifestó en un comunicado su indignación con las informaciones publicadas por el diario Le Monde, en las que se aseguraba que los investigadores de la oficina anti fraude gala habían descubierto que el software trucado se había instalado en 1,94 millones de vehículos de Peugeot y Citröen.

PSA salió al paso de las informaciones recalcando que la empresa "cumple con la normativa en todo país en el que opera" y que "nunca ha instalado software en los motores" para detectar en que momento estaban siendo sometidos a test con el objetivo de alterar sus emisiones de óxido de nitrógeno. (NOx)

Desde PSA critican que esta información haya sido publicada "por terceras partes", mientras que el propio grupo todavía no ha tenido acceso a ese supuesto informe, así como el daño que causan este tipo de informaciones sobre la imagen de la compañía. "La situación deteriora la reputación del grupo y los intereses de sus 210.000 empleados, sus consumidores y sus proveedores", resalta el grupo en un comunicado.

Además, pone en valor que "es el único fabricante de coches en el mundo que ha desarrollado una política de transparencia máxima en relación a los consumos y emisiones de CO2 de sus modelos de uso real", lo que se ampliará a las emisiones de NOx antes de finales de 2017.

La información del diario francés iba más allá y aseguraba que el informe de la Dirección General de la Represión del Fraude gala recoge una posible sanción de 5.000 millones de euros para PSA, por el supuesto fraude que, según publica, afectaría a sus modelos Peugeot 208, 807 y 5008 y los Citröen C3 y C5 fabricados entre los años 2009 y 2015.