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La factura energética sube un 69% por el alza del crudo y la sequía

Las importaciones de petróleo, gas y carbón superan los 1.222 millones de euros hasta junio

Aunque pueda parecer que a Galicia le sobra energía, la verdad solo abunda la electricidad. La generación autóctona cubre con creces la demanda de luz de hogares e industrias y da incluso para mandar a otras comunidades y el norte de Portugal un importante excedente, que el pasado año alcanzó los 16.630 GWh. Más de un tercio de todo lo producido. Pero ni la electricidad es la única fuente energética que usamos, ni las centrales se alimentan exclusivamente de los recursos disponibles en la comunidad, como es el caso del agua y el viento. Andamos en coche, quemamos carbón o tiramos de gas para la calefacción. Prácticamente la mitad de nuestro consumo viene del petróleo, una de las razones principales de la gran dependencia exterior de Galicia para abastecerse. Y de su vulnerabilidad ante los precios. Entre el encarecimiento del crudo y el tirón de la economía, la factura energética de la región se dispara este ejercicio un 69%.

Las importaciones de Galicia de productos energéticos alcanzaron los 1.222,4 millones de euros entre enero y junio. En el mismo periodo del pasado 2016 fueron 721,9 millones, según los datos del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.

El ascenso de los costes energéticos para la comunidad coincide con la tendencia al alza de la cotización internacional del barril de crudo, alrededor ahora de los 50 dólares. También con una de las sequías más fuertes de los últimos años en Galicia. Sin agua, la producción eléctrica de los embalses acumula un descenso cercano al 70%. La eólica baja también un 20%. Lo que obliga al sistema a tirar de tecnologías alternativas para llevar luz a las casas. Las térmicas son en estos momentos la principal fuente de electricidad en la comunidad y la importación de carbón suma 158 millones de euros, un 116% más que entre enero y junio del año pasado. Casi el 70% procede de Indonesia, aunque Colombia es la gran novedad, con un 21%.

El valor de las compras de petróleo y sus derivados se incrementa un 50%, hasta 955 millones de euros. Una cuarta parte llega desde México, tras un alza anual del 26%. Aumentan un 45% las importaciones desde Libia y un 77% desde Argelia. El gas, muy residual en 2016, se multiplica por ocho en el semestre, con 109 millones. El 60% se concentra en Qatar y Perú.

"Puedes ser muy dependiente de algo, que si tiene precios estables, en términos de seguridad energética no es un problema", apunta Pedro Linares, codirector de Economics for Energy. Algo que no ocurre con el petróleo, el gas o el carbón. "Lo que tienes que pagar cambia de un día para otro y no sabes cuánto va a durar -destaca-. Eso impide tomar decisiones buenas de inversión a medio plazo". Las renovables se presentan a menudo como el antídoto para mitigar la vulnerabilidad de los costes energéticos, aunque también, como recuerda Linares, arrastran su volatilidad está "en términos de volumen". Las condiciones climatológicas pueden desplomar su producción y el sistema tiene que contar con tecnologías de apoyo para sustituirlas.

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