También a los que tienen más les influye de lleno cualquier sobresalto en la economía. No son un mundo aparte frente a crisis tan graves como la que acabamos de atravesar, aunque, por lo general, ellos notan menos las consecuencias y no tardan tanto en recuperarse. Por eso, incluso durante los años de recesión, el bolsillo de los ricos que hay en Galicia siguió engordando sin descanso. Son, en total, 7.656 ciudadanos de la comunidad, obligados a pagar el Impuesto sobre el Patrimonio. Los que cuentan con bienes por un valor superior a los 700.000 euros, sin contar, entre otras limitaciones, la tasación de la vivienda habitual, hasta un máximo de 300.000 euros. Entre todos suman ya 34.500 millones de euros, según el balance publicado ayer por la Agencia Tributaria, correspondiente a la campaña del pasado año y con los datos económicos, por tanto, de 2015. En solo un ejercicio, su patrimonio engordó en 2.012 millones de euros. Al ritmo de 5,5 millones cada día.
Ese año, en 2015, la economía gallega avanzó un 2,1%. La del conjunto del Estado lo hizo un 3,2%. Y las propiedades e inversiones de los millonarios gallegos aumentaron un 6,2%. Las posesiones suponen prácticamente lo mismo que la actividad generada por comercio, hostelería, transporte y el resto del sector servicios en la autonomía. O, lo que es lo mismo, el 0,3% de la población de Galicia mueve el equivalente al 60% del Producto Interior Bruto (PIB) regional.
El patrimonio declarado ante el fisco alcanza así una cuantía récord desde que el tributo se recuperó en 2010 para animar los ingresos públicos de las comunidades -está cedido a ellas- y, desde entonces, el incremento llega al 36%, con 9.066 millones de euros más que cinco años antes.
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La cifra de gallegos que alcanzan los niveles necesarios para hacer frente al impuesto también va al alza. Son 54 más, un alza del 0,7%, que en la campaña anterior. La subida no es una de las más altas de España, que registra un ascenso del 3,7%, pero tampoco es una de las comunidades que arrastra una caída en el número de grandes patrimonios, como ocurre en Extremadura o Asturias, ambas con reducciones por encima del 4%. Sí destaca Galicia en la evolución del valor medio declarado por cada millonario. Son 4,5 millones de euros, después de un aumento del 5,4% -el total estatal ronda el 1,1%-, lo que deja otra vez a la comunidad en la segunda posición del ranking regional. Únicamente los contribuyentes madrileños del Impuesto del Patrimonio notifican un montante superior: 8,8 millones de euros.
Cerca del 10% del patrimonio de este selectivo grupo de residentes en Galicia se concentra en inmuebles. Sobre todo en suelo urbano: 3.162 millones de euros, un 1,5% más que el año anterior. Los de naturaleza rústica valen 100,4 millones de euros.
Los bienes, incluidas edificaciones, vinculadas a una actividad económica representan el 1% de la cartera de los más acaudalados de Galicia. Alrededor de 335 millones de euros.
El capital mobiliario, como es habitual, asume el mayor peso de todas las propiedades. Algo más de ocho de cada diez euros. Particularmente, las participaciones en empresas. Las acciones en compañías cotizadas ascienden a 3.600 millones de euros, tras un incremento anual del 24%; las de firmas que están fuera de mercados de negociación alcanzan casi 21.000 millones de euros. La mayoría, están exentas del Impuesto sobre el Patrimonio
