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Los retos de la industria · La competencia lusa y el proceso de consolidación

Portugal echa las redes a la pesca gallega

Productores de Vigo alertan del "riesgo" de una "fuga" de empresas: "Las administraciones deben ser conscientes de estas amenazas" -Las compras a Chile, quinto vendedor mundial, se frenan en España y duplican por puertos lusos

Portugal echa las redes a la pesca gallega

En el plato de los portugueses se sirven 57 kilos de pescado al año. Son los mayores consumidores de Europa, e incluso dejan atrás a los inventores del sushi. Portugal quiere pescado, pero Portugal no lo tiene. Y tampoco lo pesca. Sus 7.980 barcos tienen tres veces menos capacidad que los 15.188 registrados en España y, sin arraigo industrial en terceros países, su dependencia de las importaciones es muy elevada. La gallega también, pero la dependencia exterior de la materia prima nutre la industria de transformación y la conservera. Aquí los productos ganan valor y se exportan; en Portugal no hay pescanovas, pescapuertas, iberconsas o frinsas. Pero está decidida a tenerlas. "Es algo que se ve venir, habrá una fuga de empresas", expone un empresario del sector en Vigo. Al otro lado de la raia el objetivo es "reforzar la inversión para rentabilizar la capacidad instalada" y "dar más valor al producto a través de la transformación". Pasar de ser una economía extractiva y consumidora de pescado a otra productora.

"Todo el mundo habla del coste en mano de obra y del suelo, que es la mitad que aquí", defiende el director general de Profand, Enrique García. El vigués cree, por contra, que son partidas que se pueden compensar. "Los industriales debemos seguir invirtiendo en potenciar nuestras industrias, optimizando los procesos, invirtiendo en tecnología y en seguir cuidando a nuestros trabajadores que, al final son un gran activo, y compensan con creces la mano de obra". Pero su visión no es compartida en todo el sector. "Ganar capacidad instalada es tremendamente costoso aquí pese a que se nos emplaza, y estamos de acuerdo, en que necesitamos más tamaño", replica otro empresario, que prefiere no aparecer citado. Un operario en una fábrica de elaborados pesqueros en Portugal supone un coste neto de 4,7 euros la hora, por los 10 euros de una factoría española. Y a 157 kilómetros de Vigo, por ejemplo, la Autoridade Portuaria de Leixões, tiene 66 hectáreas de polo logístico a bajo coste.

El automóvil en el espejo

A Portugal no ha llegado de momento la lluvia de millones del automóvil: la industria pesquera en Galicia es de pequeño tamaño (la facturación media es de 30 millones), ha pasado por un largo proceso de desapalancamiento y en el país vecino no hay un gran fabricante que atraiga y sea tractora de la industria auxiliar (como PSA en Mangualde o Volkswagen Autoeuropa en Setúbal). Pero tiene ventajas competitivas que han atraído a empresas como Marfrío, Mar Ibérica y Atunlo. La primera tiene una factoría en Vila Nova de Cerveira y, como avanzó FARO, busca terrenos para construir otra. Mar Ibérica cumple ahora 30 años en suelo portugués, en Valença, y ha adquirido una sociedad en Vigo (Euromar) para canalizar mejor sus ventas a España. La última, participada a partes iguales por la viguesa Comercial Pernas (Coper), Inpesca y Pevasa, tendrá una planta para la producción de lomos precocidos de atún a final de año.

La compra de materia prima es la gran clave. Ocho de cada diez empresas, según el informe elaborado por la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP), ha derivado tráficos a otros puertos de la fachada atlántica, sobre todo a Leixões. Y, así, las importaciones de productos pesqueros en Portugal crecieron más de un 10% en el último año (se hace con más materia prima); las exportaciones, casi un 9%. Pero es significativa la penetración en suelo luso (o en sus puertos) de la materia prima de ciertos países.

Por ejemplo de Chile, uno de los exportadores a los que se ponen problemas en el Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) por algo tan aparentemente accesorio como la tinta de los certificados sanitarios. El sudamericano es el quinto exportador mundial de productos pesqueros, con más de 4.000 millones de euros al año. En lo que va de año las compras de pescado chileno en España cayeron en medio punto; en Portugal se duplicaron. Lo expone el análisis de la CEP: "Mercancías que han sido rechazadas en Vigo han vuelto a origen y han entrado por el puerto de Leixões con una documentación en los mismos términos". Con el pescado de China, Malvinas, Sudáfrica, Angola y Mozambique se repite, en menor medida, un trasvase de mercancía de España a Portugal, que aprovecha también la hermandad con Estados con los que comparte idioma e historia. Y ofrece, como ha hecho con la automoción, un abanico de ventajas de las que Galicia no goza.

| Costes laborales. La mayor parte de la industria de transformación en España está sujeta al convenio estatal, con Pescanova como principal excepción. De acuerdo a la patronal el coste asciende a diez euros la hora, frente a los 4,7 euros que se abonan a un operario portugués. Los ingresos en los hogares lusos solo son inferiores a los de República Checa y Polonia (entre los países con mayor presencia de industria manufacturera de la UE), de ahí que destaque en cuanto a "costes competitivos". Así lo advierte la consultora Ernst & Young en su informe Portugal Attractiveness 2017. Las pesqueras con capital gallego en el país cuentan con 600 trabajadores, contando ya con los 150 de los que dispondrá la futura factoría de Atunlo.

| Suelo low cost . El cartel de completo en polígonos industriales de Vila Nova de Cerveira o Valença han empujado a sus cámaras provinciales a aliarse con promotores privados o a lanzar iniciativas con localidades vecinas para ofrecer más suelo. Un ejemplo. La última adjudicación de terreno industrial de Ponte de Lima fue un lote de cuatro parcelas de 25.653 metros cuadrados en el parque industrial de Gemieira por 256.530 euros. El precio equivale a diez euros el metro cuadrado. El organismo público gallego Xestión do Solo de Galicia (Xestur) ofrece en su web una parcela similar, de 24.255 metros cuadrados, por 2,597 millones de euros. Este coste incluye ya una reducción del 30%, puesto que el precio de salida superaba los 3,7 millones de euros. Aún así, este terreno de Mos equivale a 107 euros el metro cuadrado, diez veces más caro que el de la localidad portuguesa. En polígonos como los de Valença do Miño, donde el 90% de las empresas ya instaladas son gallegas, el precio medio del suelo ronda los ocho euros, frente a los 200 euros que se pagan en el área metropolitana de Vigo.

| El factor Leixões. "Gran parte de las empresas consideran un exceso de celo de Sanidad Exterior en Vigo, que exige excesivos controles posteriores a las empresas transformadoras de pescado". Por este motivo, según el informe de la CEP, la mayor parte del rape ya entra por este puerto de Oporto. A causa de los desvíos ordenados por las empresas, desde agosto de 2016 el puerto vigués perdió hasta el abril 10.335 contenedores, el equivalente a 206.700 toneladas. Es un ejemplo, pero a las menores trabas burocráticas del puerto portugués se suma la amenaza futura que acaba de lanzar el grupo turco Yildirim, nuevo propietario de la terminal de contenedores. Desplegará una ofensiva comercial durante tres años dirigida a captar nuevos tráficos con descuentos en servicios a las navieras de hasta el 20%.

| Sin know-how . Las empresas pesqueras no crecen habitualmente con un método de expansión horizontal. Esto es, las que se dedican a la pesca salvaje de merluza no entran en el negocio acuícola de salmón. Por lo tanto, la única industria susceptible de apagar el apetito portugués de crecer en el sector de elaborados pesqueros es la gallega, tanto por proximidad como por similitud en los procesos. Portugal faena en aguas comunitarias y comercializa principalmente pescado congelado, y en eso Galicia es referente. No obstante, la industria lusa carece de una empresa líder en esta actividad que pueda pilotar este futuro desarrollo. Es cierto que Marfresco ha pasado a manos de China National Fisheries Corporation (CNFC), una de las mayores armadoras del mundo, pero la lusa es sobre todo una trader que permitirá a la asiática un nuevo canal de entrada a Europa.

| Expansión gallega. Los expertos y empresarios coinciden en la necesidad de ganar tamaño de las empresas. Salvo Pescanova, ninguna de las transformadoras de pescado están en el top 100 mundial, en el que figuran apenas tres conserveras. Si quieren aumentar su capacidad instalada disponen de tres opciones: más flota, compra de empresas ya operativas y nuevas instalaciones. La primera la están explorando ya Grupo Pereira, Iberconsa, Rampesca o Mascato, y Pescanova hará lo propio antes de 2020. También Iberconsa ha comprado, como Profand y Pereira, sociedades ya consolidadas, y la primera busca una factoría para elaborar en España. Su principal accionista, Portobello Capital, quiere cerrar la operación antes de fin de año. Es en el crecimiento orgánico, donde puede jugar un papel el despliegue de ofertas de Portugal.

En la industria de elaborados de Vigo se refieren a la batería de opciones que ofrece el Gobierno de Lisboa, en alianza con las cámaras municipales, como una "amenaza". "Lo que es indispensable es que las administraciones sean conscientes de estas amenazas y flexibilicen la actividad de las empresas, los puertos y no generen burocracia innecesaria".

La "macroplanta" de Mira como precedente de la estrategia

  • Pescanova huyó a Mira después de "lo de Touriñán". Los que trabajaban entonces en Chapela aseguran que el proyecto de Manuel Fernández de Sousa en la playa portuguesa fue una respuesta airada y a su manera contra Emilio Pérez Touriño. "El dinero no lo tenía y, tanto el del rodaballo como el del salmón, son negocios arriesgados. Pero consiguió el dinero". Y Portugal ofreció una costa virgen de industria para una obra faraónica de 42 hectáreas de superficie construida, más de 200 millones de inversión (con más de 50 de dinero del Gobierno de Lisboa), 1.248 piscinas de engorde y otras 480 de cría de alevines. La factoría permitió al país entrar en el negocio del rodaballo, capitalizado hasta entonces casi en exclusiva por Galicia (con Pescanova y Stolt Sea Farm) y "hacerse con el know how de una industria compleja". El plan de Fernández de Sousa y José Sócrates salió mal. Acuinova Mira nunca funcionó al 100% y se quedó lejos de las 7.000 toneladas de pescado que aspiraba a producir después de tres siniestros en los emisarios (2009, 2011 y 2013). Sousa siempre se ha quedado con la parte positiva. Como dijo a FARO, "la planta de Mira no solo es la mayor planta de rodaballo del mundo, sino la mejor por sus condiciones técnicas, temperaturas y emplazamiento".

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