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La industria naval

Galicia asciende a la cuarta posición como vendedora mundial de pesqueros

Los ingresos superan los 72 millones, solo por detrás de Polonia, Turquía y Noruega -Las empresas exportan buques a Namibia y Argentina para aprovechar el alza en las capturas

Construcción de un pesquero en Astilleros Montenegro, en Vigo. // A. Villar

Los astilleros gallegos entregaron solo seis buques pesqueros entre 2009 y 2016 con dirección a Seychelles, México, Irlanda y Noruega. Entonces la actividad se centraba en el segmento offshore, research o investigación o el transporte, antes de verse sacudida por la crisis del tax lease. A día de hoy el sector tiene el doble de barcos de pesca en construcción o pendientes de entrega para las Malvinas, Alemania, Reino Unido, Groenlandia y Argentina (además de los cuatro encargados por armadoras españolas). La reactivación de la construcción naval es el principal razón -no la única- por la que Galicia se ha erigido en cuarto proveedor mundial de barcos pesqueros. En 2016 facturó por este concepto más de 72 millones de euros, solo por detrás de Polonia, Turquía y Noruega.

Pero el recuento de barcos de nueva construcción no explica por completo esta progresión, sobre todo teniendo en cuenta que el año pasado se entregaron 121 nuevos pesqueros en todo el mundo. Eso sí, Galicia había cerrado 2015 en el octavo puesto mundial en exportación de este tipo de buques, con lo que la mejora fue significativa. El alcanzado el año pasado fue el mejor umbral de las últimas dos décadas, cuando las ventas al exterior superaron los 95 millones de euros. Pero para completar la actividad de la construcción naval en exportaciones es preciso incluir a las empresas de pesca de altura, que han estado mejorando su capacidad productiva en los últimos años para disponer del recurso sin intermediarios.

Iberconsa, Pereira o Videmar han sido las principales dinamizadoras con la compra de barcos para su posterior reutilización (y exportación) en Argentina y Namibia. La primera de ellas, respaldada por el fondo Portobello en su accionariado, utilizó este sistema con los buques Minchos Octavo y Minchos Noveno, reformados en el astillero vigués Freire. El Pescargen V, adquirido en Argentina, fue sometido a una remodelación de 3,5 millones en las mismas gradas. Videmar optó también por el sector naval gallego para la reforma del arrastrero Isbjorn, enviado a Namibia, con lo que el reciclaje de buques para nuevos caladeros ha ayudado también a mejorar los índices de actividad de la industria. Ponte de Rande, Villa de Hío, Toralla o Garoya Segundo (ahora Oyang 75) son algunos de los buques de segunda mano exportados en los últimos años. La recuperación del naval y la expansión internacional de las pesqueras han permitido también que Galicia recupere el trono como principal exportadora de barcos de pesca de España, que había perdido en 2014 de manos de País Vasco y Asturias.

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China quiere ser potencia en cruceros de lujo

  • Con un megacontrato de 250 millones para la construcción de un crucero de lujo, Hijos de J. Barreras se ha posicionado con nota en un segmento que ahora también ambicionan los chinos. El Gobierno de Pekín ha inyectado 630 millones de euros en el astillero público China State Shipbuilding Corporation (CSSC) para convertirlo en una "potencia" de carácter global. El objetivo es cubrir la demanda interna de este tipo de barcos, que el Gobierno calcula que crecerá un 30% anual, y por eso pretende priorizar su sector naval dentro de la estrategia Made in China 2025.El astillero dispondrá de un espacio específico para la construcción de cruceros de lujo en Baoshan, un distrito de Shanghái, en un proyecto en el participarán la italiana Ficantieri y la norteamericana Carnival. "Algunos astilleros europeos temen que China pueda dominar el mercado de cruceros al igual que hizo con los mercantes", apuntó la web especializada Marine Link. No obstante, continúa, "aprender a construir este tipo de barcos no será fácil para los chinos" por las especificidades que requieren las naves de ultralujo y la dependencia de proveedores con los que nunca han trabajado.

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