El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, declaró hoy que las autoridades deben "obligar a trabajar" a 300.000 ciudadanos parados. "Tenemos cerca de 500.000 desempleados, de ellos unos 200.000 tienen familias numerosas, sufren alguna enfermedad o discapacidad, o sea, son personas que quieren trabajar pero no pueden. ¿Pero qué ocurre con los otros 300.000?", se preguntó el mandatario bielorruso al que cita la agencia Belta.

Lukashenko consideró que a "estos señores hay que obligarles a trabajar porque ellos no quieren hacerlo". "El que quiere trabajar debe trabajar y en nuestro país estas personas tienen esa oportunidad", aseguró el dirigente bielorruso. Asimismo, adelantó que unas enmiendas al llamado decreto ley sobre la vagancia, aprobado en 2015, impulsarán aún más la inserción laboral, contribuyendo a la reducción de la actual tasa de paro.

La polémica norma contra el "parasitismo social" estipula multas de alrededor de 250 dólares a los ciudadanos que trabajen durante menos de seis meses. Muchos de los afectados por la ley son gente con empleo que únicamente acuden a su puesto de trabajo una o dos veces a la semana, debido a la crisis económica, y reciben un sueldo insignificante.

Los parados bielorrusos rechazan en su mayoría apuntarse a las listas del desempleo, ya que el subsidio es de 10 dólares y les obliga a realizar trabajos sociales gratuitos. Hasta ahora, las protestas de los considerados "vagos" bielorrusos, cuya represión fue criticada por organismos internacionales, no han tenido impacto en las autoridades. El presidente bielorruso se negó con anterioridad a revocar el decreto y amenazó con una "dura reacción" a los activistas opositores que sigan protestando.