El beneficio de BBVA escaló hasta en el primer semestre del año hasta los 2.306 millones de euros, un 25,9% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. La entidad atribuye la mejora a la buena evolución de los ingresos recurrentes y a la moderación en sus gastos de explotación, así como a la reducción de saneamientos. El saldo de préstamos morosos se reduce en 800 millones y su tasa de morosidad desciende una décima, hasta el 4,8%.