CC OO y UGT han dado por finalizadas las negociaciones con las patronales CEOE y Cepyme para acordar una banda salarial que sirva de referencia a los convenios colectivos de 2017. Desde Burgos, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, dio ayer por "muerto" el acuerdo y, en un comunicado conjunto posterior, los sindicatos acusaron a la CEOE de "negar el acuerdo", de empezar "sin ganas la negociación y acabarla sin ninguna" y de mostrar una actitud "irresponsable" en un momento en el que el PIB crece por encima del 3%, y la inflación prevista por el Gobierno se sitúa entre el 1,5% y el 1,9%.

"CEOE y Cepyme han negado el acuerdo. La patronal acudió tarde y mal al inicio de la negociación, desapareció durante un largo periodo y en la parte final de la misma demostró poco interés y ninguna voluntad de un acuerdo salarial", subrayaron las centrales sindicales en su manifiesto.

Los sindicatos se quejan de que las organizaciones empresariales han sido "incapaces" de reconocer la necesidad de trasladar a las rentas salariales la recuperación de la economía española y de las empresas. En su opinión, el resultado de este "largo e irregular" proceso de negociación (llevan meses en ello) es una "falta de respeto" tanto al diálogo social como a millones de trabajadores pendientes de actualizar sus convenios.

Un otoño caliente

CC OO y UGT reclamaban en esta negociación un incremento de los salarios de entre el 1,8 y el 3% y una cláusula de revisión que garantizara el mantenimiento del poder adquisitivo. Por contra, la última propuesta de la CEOE pasaba por una subida salarial de entre el 1,2% y el 2%, más medio punto adicional en función de las circunstancias de cada sector, sin cláusula de revisión salarial.

Tras el resultado fallido de las conversaciones para alcanzar el pacto salarial, los sindicatos advierten de que la negociación colectiva se enfrenta a un "otoño difícil".

"Los sindicatos sabremos afrontarla con decisión y solvencia y, si fuera necesario, estudiaremos la convocatoria de una amplia campaña de información y movilización en defensa del salario, también del poder adquisitivo perdido ante el no acuerdo de 2017, el empleo de calidad y la protección social", concluyen.

Pepe Álvarez, secretario general de UGT, resaltó que ahora tocar mirar hacia 2018. Su planteamiento es que se aborde, a partir de septiembre, una negociación no sólo salarial, sino del conjunto de sistema de relaciones laborales, porque, según ha defendido, sólo las que son fruto del acuerdo entre los agentes sociales "funcionan y generan bienestar". "Si alguien cree que con un proceso de degradación de las condiciones laborales y salariales es posible mantener la seguridad ciudadana, se ha equivocado", aseguró Álvarez porque "hay una relación directa entre la manera de vivir y la manera de producir".