La planta de Balaídos del Grupo PSA se prepara para un otoño e invierno de elevada actividad tras haber cerrado el primer semestre con 235.102 vehículos producidos, un 3% menos que en el mismo periodo de 2016 pero muy por encima de las previsiones iniciales para este ejercicio (que estimaban una horquilla para el conjunto de 2017 de entre 335.000 y 385.000 coches), según trasladó ayer la dirección de la fábrica al comité de empresa. Esa contracción del 3% se debió sobre todo a los monovolúmenes, de los que se ensamblaron 7.000 unidades menos que en el primer semestre del año pasado, mientras que las ventas de vehículos comerciales ligeros se mantuvieron y las de sedanes crecieron.

El fuerte repunte de la demanda del segundo trimestre, que obligó a saturar la línea 1 (furgonetas y sedanes), compensó las caídas registradas en los tres primeros meses de 2017. El centro ensambló en el primer semestre 235.102 coches, frente a los 243.197 de un año antes, es decir, 8.095 menos, de los cuales unos 7.000 fueron monovolúmenes y el resto, furgonetas, según indicaron fuentes sindicales. Como principales mercados de la factoría gallega se situaron Francia, Reino Unido, Turquía, Alemania, Bélgica y Polonia, al igual que España, donde se incrementaron las entregas, que representaron el 12% de la producción total del semestre.

El dato de esos seis primeros meses, pese a esa caída del 3%, es positivo ya que supera de largo las previsiones para este año: entre 335.000 y 385.000 automóviles, frente a los 424.000 que se produjeron en 2016. De hecho, con el programa de trabajo actualizado, la planta viguesa superará las cifras del año pasado, lo que podría obligar incluso a no parar la última semana de octubre como en los últimos años para ajustar stocks de vehículos y componentes. El director del centro, Frédéric Puech, avanzó ya esta semana a los sindicatos que el último trimestre del año y el primero de 2018 serán de alta actividad.