Centenares de personas despidieron ayer al empresario Américo Amorim, el hombre más rico de Portugal y "rey" mundial del sector del corcho, en el funeral celebrado en la norteña localidad de Vila Nova de Gaia. El empresario, que falleció el jueves a los 82 años y era dueño del Grupo Amorim -el mayor productor mundial de corcho-, fue enterrado en el panteón de la familia. El ministro de Economía, Manuel Caldeira Cabral, representó al Gobierno portugués durante el funeral.

Amorim, que contaba con una fortuna de 4.400 millones de euros según la revista estadounidense Forbes, convirtió el Grupo Amorim en un imperio empresarial con presencia en los cinco continentes. El empresario diversificó sus inversiones hacia otros sectores como la banca, el inmobiliario, el turismo y la energía, lo que le llevó a ser también el mayor accionista de la petrolera portuguesa Galp Energía.