La entidad presidida por Jordi Gual cerró ayer la emisión de 1.000 millones de euros en deuda subordinada a un plazo de 11 años. Se trata de la primera operación de este tipo de pasivo, que computa como recursos propios en el capital del banco, en el mercado español desde la caída de Banco Popular. Con esta nueva operación, CaixaBank ya amplía a 5.500 millones de euros el volumen captado en el año mediante sus salidas al mercado.