Ferroglobe, la corporación a la que pertenece la Ferroatlántica, reconoce en los informes dirigidos a sus accionistas y a los supervisores de la Bolsa de Nueva York que la venta de las centrales hidroeléctricas que explota en las comarcas de A Costa da Morte y Fisterra puede comprometer los resultados de las fábricas de ferroaleaciones de Cee y Dumbría que tendrían "una mayor exposición al incremento de los precios energéticos en España". En su informe del ejercicio 2016 admite: "Dado que la electricidad representa un elevado porcentaje de nuestros costes de producción, somos especialmente vulnerables a las fluctuaciones de costes en la industria energética".

Los trabajadores de las fábricas de Cee y Dumbría destacaron este doble discurso durante la presentación de sus alegaciones a la solicitud de la multinacional, supervisadas y completadas "de forma desinteresada" por el profesor Carlos Aymerich. Los trabajadores creen que la firma no puede justificar que las ferroaleaciones son ahora muy rentables y a la vez defender que sin la venta de las centrales se pone en riesgo su continuidad.