Adolfo Domínguez es una compañía textil con 1.400 empleados, más de medio millar de tiendas y que factura 110 millones de euros al año. Su valor en Bolsa asciende a 38 millones de euros. Pescanova SA ( vieja Pescanova) no tiene trabajadores, no genera actividad económica por sí misma e ingresa 16.000 euros al trimestre. Lleva una semana en el parqué -había estado suspendida cuatro años- y ha pasado en el mismo intervalo de una capitalización de seis a 59 millones de euros. "No tiene ningún sentido económico, se está alterando para elevar el valor de forma artificial". ¿Con qué fin?

El único activo de vieja Pescanova es un 1,6% del capital social de Nueva Pescanova, la verdadera multinacional industrial, en quien segregó su negocio después de pasar por concurso de acreedores. Pero la segunda en una Sociedad Limitada, no puede cotizar, así que muchos inversores utilizan la referencia que ofrece la antigua matriz en Bolsa para poner precio a la pesquera. El actual valor de la sociedad en el parqué equivaldría a tasar la compañía que dirige Ignacio González -con una sencilla regla de tres, no es una valoración real ( carrying value o book value)- de 3.687 millones de euros. Habría que pagar más por Nueva Pescanova que por el coloso noruego Lerøy Seafood Group que, al contrario que la de Chapela, no tiene deudas postconcursales pendientes de pago hasta 2044 ni un accionariado interino dominado por bancos.

Las acciones de la vieja Pescanova llegaron a superar ayer los tres euros (cotizaron a 0,23 el jueves pasado) y se comercializaron 47,8 millones de acciones. "Hay al menos dos grandes operadores que están comprando y vendiendo dos veces el mismo día, pero no sé quién son". Habla un exaccionista de la SA, que vendió con plusvalías el viernes, aunque éstas podrían haber sido cinco veces superiores de haber desinvertido ayer. En su opinión es posible que haya socios históricos del grupo interesados en alterar el precio para atacar a Nueva Pescanova. Pero otros colegas disienten y apuntan a fondos vinculados a la multinacional. En la sesión de ayer se desembolsaron 115 millones por las sucesivas compraventas, el doble del valor de toda la compañía, lo que refuerza el carácter especulativo de los movimientos en los últimos días.

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Hasta la fecha solo Carolina Masaveu y el fondo Broadbill Investment Partners (socio también de Nueva Pescanova) han comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que han dejado de tener títulos de la vieja matriz, como avanzó FARO. En ambos casos firmaron un pelotazo: 800.000 y un millón de euros en plusvalías, respectivamente.