La mayor empresa del sur de Galicia está de aniversario. El próximo mes de septiembre se cumplen sesenta años del acuerdo entre la Zona Franca y la antigua Citroën Hispania para la construcción en Vigo de la primera fábrica en España de la multinacional automovilística francesa, y el próximo marzo, del arranque de la actividad en los antiguos almacenes de Aduanas en Montero Ríos con el montaje de las primeras furgonetas AZU. En estas seis décadas, el centro de Vigo del Grupo PSA ha producido 32 modelos (34 si se computan las versiones eléctricas de los actuales Berlingo y Partner) y se prepara ahora para el lanzamiento de tres nuevas siluetas y por primera vez en su historia, de las marcas Opel y Vauxhall. El aniversario de la planta coincidirá con la fabricación del vehículo número 13 millones de Balaídos.

La historia de la fábrica de Vigo está plagada de éxitos. Lo que comenzó como un centro de ensamblaje enfocado estrictamente al mercado nacional acabó convirtiéndose en la primera fábrica del consorcio francés por volumen de producción -puesto que todavía conserva- y en un ejemplo a seguir para el dispositivo industrial del Grupo PSA en factores como la calidad, la flexibilidad y la cooperación territorial, impulsando el desarrollo de un clúster como el que hoy conforma Ceaga (Clúster de Empresas de Automoción de Galicia); y convirtiendo dos de sus mayores debilidades, como su reducido tamaño (es una de las fábricas de automóviles más pequeñas de Europa, con apenas 600.000 metros cuadrados) y su localización periférica, en ventajas competitivas.

El centro ha fabricado hasta la fecha 32 modelos diferentes (34 con los eléctricos), desde las primeras furgonetas AZU, que no eran otra cosa que derivados del emblemático Citroën 2CV, a la generación actual de monovolúmenes Citroën C4 Picasso y Grand C4 Picasso, los últimos coches vigueses en salir al mercado. Hasta 1977, dos años después de que Peugeot se hiciese con el control de Citroën, la planta gallega solo fabricó modelos de la marca de los galones, como los AZU, 2CV, H, Dynam, Dyane 6, GS, CX y AYU. El primer Peugeot en salir de Balaídos fue el 504, seguido por el 505 (1980) y las dos generaciones del Partner (1996, 2008). Pero de entre la treintena de modelos vigueses, dos han tenido una influencia decisiva en el futuro de la factoría, la furgoneta Citroën C15 en los primeros años 80 -este vehículo salvó literalmente a la fábrica de Vigo- y el monovolumen Xsara Picasso (1999), el primer modelo fabricado en "exclusiva mundial".

Mención destacada merecen también las tres furgonetas que integran el proyecto K9, en fase de lanzamiento industrial, y cuya consecución ha permitido una transformación profunda de la planta de Vigo. Estos tres vehículos (2018) y el todocamino V20 (2020), cuya adjudicación se anunció el año pasado, elevarán a 36 los modelos de Balaídos y aseguran la actividad y la actual estructura biflujo (dos líneas de producción) de la fábrica al menos hasta 2025. Con el K9, PSA-Vigo estrenará dos nuevas marcas: Opel y Vauxhall, ya que este proyecto formaba parte de la alianza industrial que PSA y Opel/Vauxhall suscribieron en 2013 (anterior a la compra de la marca alemana por PSA este año, operación que solo está pendiente del visto bueno de las autoridades de competencia).

Este 2017, en vísperas de su sexagésimo aniversario, la planta viguesa celebrará otro hito importante: la producción de su vehículo número 13 millones. El coche 12 millones -un Citroën C4 Picasso de color rojo con destino al mercado chino- salió del Sistema 2 de Balaídos el 5 de mayo de 2015, y está previsto que un nuevo coche millonario haga lo mismo hacia finales de año, según ha podido saber este periódico. Como ocurrió en 2015, no se descarta que el presidente del grupo automovilístico francés, Carlos Tavares, acuda a Vigo para celebrar este hito y de paso supervisar personalmente la marcha del lanzamiento de las furgonetas K9, cuya salida al mercado está programada para mediados de 2018.

El centro gallego, en la actualidad con una de las plantillas más reducidas desde la década de los setenta (con apenas 5.300 empleados en el primer trimestre) y volcado en su transformación para adaptarse a la nueva Industria 4.0, prevé superar este año su récord histórico de fabricación de furgonetas.