El Banco Central Europeo (BCE) prevé ahora un crecimiento de la zona del euro mayor del 1,9 % este año (1,8 % en las proyecciones de marzo), con una inflación menor del 1,5 % (1,7 % en marzo), dijo hoy su presidente, Mario Draghi, en una rueda de prensa.

Previamente, el consejo de gobierno del BCE mantuvo su tasa de interés rectora, la que cobra a los bancos por prestarles a una semana, en el mínimo histórico del 0 % y dijo que no va a bajarla más.

Los expertos del BCE prevén ahora para el 2018 un crecimiento del 1,8 % (1,7 % pronosticado en marzo) con una inflación del 1,3 % (1,6 % en marzo).

Asimismo, para el 2019 pronostican un crecimiento del 1,7 % (1,6 %) y una inflación del 1,6 % (1,7 %).

Draghi dijo que los riesgos para el crecimiento económico están "ampliamente equilibrados", lo que deja entrever que la entidad es más optimista, porque antes decía que había riesgos a la baja.

"Al mismo tiempo, la expansión económica no se ha traducido todavía en unas dinámicas de inflación más fuerte", según el presidente del BCE.

Hizo hincapié en que la inflación subyacente, que descuenta los elementos más volátiles, como la energía y los alimentos frescos, sigue siendo contenida.

Por ello consideró que todavía se necesita una política monetaria muy expansiva para que suba la inflación subyacente a medio plazo, según el BCE.

Draghi recordó que la tasa de inflación bajó en mayo en la zona del euro hasta el 1,4 %, desde el 1,9 % de abril y frente al 1,5 % en marzo.

Y añadió que "la reciente volatilidad en las tasas de inflación se debió principalmente a los precios de la energía y a aumentos temporales en los precios de los servicios en el periodo de Pascua".

Según su presidente, el BCE prevé que la inflación general se mantenga en los niveles actuales los próximos meses, pero que la inflación subyacente seguirá baja y tiene que mostrar señales convincentes de una subida.