El Banco Popular vivió ayer otra sesión de fuertes caídas en la Bolsa, en la que se dejó un 17,4% y ahora apenas vale 1.700 millones de euros, con lo que ha pasado a ser la compañía con menor capitalización del IBEX 35. Las dudas sobre su futuro han provocado un día más, y ya van seis consecutivos, que los inversores huyan en masa del Banco Popular, que solo esta semana se ha hundido un 38,17 %, lo que se traduce en la pérdida de más de mil millones en Bolsa.

Desde que comenzó el año, la entidad, cuyos niveles de solvencia y liquidez siguen estando por encima de los mínimos regulatorios, ha perdido el 55% de su valor después de que sus acciones hayan cerrado esta última sesión en 0,413 euros.

Los inversores negociaron ayer más de 100 millones de euros sólo en acciones del Banco Popular, con los que han movido casi 229 millones de títulos de la entidad, un volumen especialmente significativo para el tamaño del banco. El batacazo de ayer se suma al del jueves, de casi el 18 %, y se convierte en el tercero más grave de la historia de la entidad ante la ausencia de noticias que hagan pensar en un desenlace positivo de la crisis de la entidad.

Los rumores desde el miércoles sobre una posible intervención europea han dado la puntilla a un valor muy volátil, sin que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) haya decidido actuar, pues el argumento de su presidente, Sebastián Albella, es que hay que dejar trabajar al mercado. De nada ha servido el mensaje de "tranquilidad absoluta" sobre la situación del Banco Popular lanzado por el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, a pocos días de que la cúpula de la entidad se reúna con el BCE para hablar de su situación.