De forma impredecible y repentina me llegó a mí el encargo de escribir algo sobre ti y ya te imagino mirándome fijamente y exclamando "¡A ver qué escribes, Percivalda!".

Qué difícil es describirte como realmente eres y qué fácil es ponerlo en palabras sueltas tales como: hombre de familia, amigo, trabajador, honesto, exigente, justo y cómo no? Español (¡con mayúscula!).

Eras y eres mi amigo, con todas las connotaciones, y sé que también lo eras de tus amigos. Eso me consta desde que te empecé a conocer gracias a tu primer barco, aquel inolvidable Manzanita que nos acercó en primera instancia.

Todavía recuerdo tus inicios en las oficinas de Compostela 21, sentado con un teléfono de línea fija siempre sonando y dentro de una cueva sin ventanas que llamabas oficina. Presidía una de las paredes la vieja lámina de dos dragones navegando que tanto te gusta y que recuperamos para tu nueva oficina en Altius, donde compartíamos espacio vital?Tú en el primer piso y yo justo debajo de tu oficina, en la planta baja.

No solo eras exigente, preciso y eficiente con tu trabajo, sino que tenías la energía de aconsejarme, orientarme y hasta regañarme cada vez que subía a darte un poco la murga o llevarte las crackers de avena que tanto te gustan (¡Percivalda, que sean picantes!).

Como hombre de familia, ¡qué voy a contar que Rocío y Chispi no sepan! De hecho mi barco se llamaba Percival, pero el tuyo tenía que llamarse Chispi y tu preocupación era de que todo estuviese en orden para que Rocío y Chispi disfrutaran de cada segundo en él. Nuestro barco es nuestro castillo y el tuyo era para tu familia y amigos. Ahora sonrío contento en el conocimiento que también tuviste tiempo de ver nacer a tus nietas.

¿Cómo describirte al que no te conociese...? Es como describir un color o un olor; hay que verlo u olerlo para captar toda su esencia. Sé que detestabas la cursilería y que ahora mismo estarás gritando "¡Percivalda, te estas pasando!". Ya lo sé, Jani, pero es lo que hay y tu esencia era noble en todos los sentidos.

Los que te conocimos y hemos tenido la suerte de haber visto tu color no necesitamos que nos lo describan, porque ya lo llevamos dentro.

Fair winds and following seas, my dearest friend.

*Amigo