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Los retos de la industria

Las pesqueras gallegas frenan la producción en Perú de la especie estrella de los latinos en EE UU

-Las bajas capturas del mahi-mahi y trabas a la importación por parte de la FDA, claves -Es una de las apuestas de Pescanova -Las ventas a este mercado caen un 36% anual

Marineros en el puerto de Paita con mahi. // WWFPerú

El mahi-mahi (se lee maji-maji) o perico es una especie que habita en aguas tropicales, se faena de forma artesanal, presenta pocas espinas y un nivel elevado de Omega 3. Son buenas credenciales ante una creciente demanda de productos más sanos, fáciles de cocinar y capturados de forma respetuosa con el medio ambiente. Con estas bazas el Gobierno peruano apostó por el mahi como una "oportunidad" para afianzar sus exportaciones a Estados Unidos por la buena recepción del consumidor, sobre todo en los canales de venta minorista ( retail) y foodservice (restauración). Lo hicieron también pesqueras de capital gallego asentadas en el país para satisfacer a comensales de Florida, Nueva York, Los Ángeles y otras ciudades con gran presencia de latinos, que la preparan a la brasa y con abundancia de salsas. Pero las bajas capturas y las trabas a su importación han "frenado" su producción.

"No es que hagamos poco, es que no estamos haciendo nada", admiten desde una de las compañías viguesas. "Mandamos tan poca cantidad que ni es noticia", dice otra. Pescanova, Grupo Profand, Interatlantic Fish y Marfrío son las empresas con producción de mahi en el país andino y que se han visto afectadas principalmente por la falta de capturas. Desde la multinacional de Chapela remiten también a este hecho como el causante pero sostienen que, aunque sí han descendido los volúmenes, las ventas han proseguido y han sido "de buena calidad". Para el consejero delegado de Pescanova, Ignacio González, esta especie es uno de los puntales para su expansión en EE UU con el langostino y el pejerrey.

El mahi acaba de entrar en veda hasta el 30 de septiembre y el Ministerio de Comercio Exterior de Perú no ha ofrecido datos del año en curso, pero en 2016 las ventas a Estados Unidos fueron de 7,7 millones de dólares, un 36% inferiores a las de 2015, con un millón de toneladas. La información aportada por el Gobierno peruano es más prolija: las exportaciones de Novaperú (Pescanova) cayeron un 58%, y las de Frozen Products Corporation retrocedieron otro 25%. Entre las dos compañías acumulan la mitad de la producción de mahi peruano, según la misma fuente. España apenas compra un 2% de la producción anual de mahi de este país.

Las capturas y la FDA

Pero, al margen de la escasez de materia prima, el rol de la FDA norteamericana (agencia para la Administración de Alimentos y Medicamentos) ha sido determinante. Fue el pescado que más fue rechazado por la FDA el año pasado, con 267 remesas bloqueadas, más del doble que en 2015, por "mal estado" del producto. Por este motivo medios como el estadounidense Seafood News advirtió de la "desaparición" del mahi de los menús, como también recogió FARO. En lo que va de año los rechazos a la mercancía han caído drásticamente, pero solo debido a la escasa producción. "Antes paraban cinco de veinte; ahora, uno de dos".

En enero las remesas rechazadas afectaron a empresas de Perú (Cultimarine, del grupo Migiva) y Ecuador (Nuevemarsa y Frescodegfer). A esta última se le bloquearon hasta seis partidas por "mal estado" y elevados niveles de histamina, que puede causar intoxicaciones si se ingiere en elevadas cantidades. Uno de los factores que causan elevados niveles de este compuesto es la rotura de la cadena de frío, y en la industria explican que los barcos artesanales que faenan mahi tienen dificultades para preservarla. "Si tienen que faenar a mucha distancia de tierra la conservación en hielo como la realizan no es suficiente".

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