Le llueven flores de su bando y del enemigo, porque incluso los que se sientan frente a él reconcen su habilidad y pericia como negociador. Ángel Matamoro Irago inició su carrera como analista en la sociedad pública de capital riesgo Sodiga en 1984, tras lo que entró en el mundo de la distribución con Procter & Gamble. Antes de entrar en Pescanova, en 1991, fue jefe de márketing en la popular marca de pasta Barilla. Durante su travesía en la multinacional pesquera (es uno de los pocos que mantuvieron su estatus tras la llegada de Jacobo González-Robatto e Ignacio González, como José Fafián, Rafael Prieto o David Troncoso) ejerció durante años un papel multidisciplinar, camaleónico. Empezó como director de márketing y continuó como director gerente, pero durante los peores momentos de Pescanova ejerció incluso tareas de comunicación. Aparece su nombre en medios extranjeros para desmentir operaciones que le atribuían al otrora poderoso Manuel Fernández de Sousa en 2011 o 2014, y a la llegada de Juan Manuel Urgoiti se le confió un departamento casi ininteligible: dirección de Personas y Sistemas. Con la llegada de Robatto se le quitó la coletilla de "sistemas" y en el último año fue el caballo de batalla de los sindicatos. "Su propuesta llega a parecer distinta y mejor cada día. Es bueno". Integrará la comisión donde se velará por el cumplimiento del pacto. Frente a frente a los sindicatos. Otra vez.