Nodosa se ha convertido en el astillero de referencia de los armadores gallegos para renovar las flotas pesqueras de altura y gran altura. A los dos arrastreros ya encargados por Rampesca y Pereira para las Malvinas, en construcción, se suma ahora un nuevo buque de 49,9 metros de eslora para la compañía viguesa Pesca Baqueiro S.A., que lo destinará al caladero del Atlántico Noroccidental (Organización de la Pesca del Atlántico Noroccidental, NAFO, con su iniciales en inglés), según ha podido saber este diario.

Este barco, de proa semiinvertida y dotado con la última tecnología, tiene prevista su entrega para el verano de 2019. Con este arrastrero, Nodosa suma diez buques en cartera (la mayoría, pesqueros) en diferentes etapas de construcción, lo que permite emplear de media a 400 trabajadores.

El arrastrero de Pesca Baqueiro será el primero que se construye en Galicia para el caladero de NAFO en varios lustros. Nodosa ha diseñado en estrecha colaboración con la armadora un moderno pesquero de arrastre adaptado a las características de dicha pesquería cumpliendo con los requerimientos y necesidades de su propietario.

El buque, de 49,9 metros de eslora por 11,50 de manga, incorpora la más moderna tecnología en maquinaria de cubierta para la pesca, con maquinillas eléctricas de corriente alterna controladas mediante variadores de frecuencia de frente activo y con regeneración de energía. Sus formas y líneas (incluyendo la proa semiinvertida) han sido estudiadas para un idóneo comportamiento en el mar, consiguiendo una muy baja resistencia al avance del buque, lo que redunda en un consumo optimizado de combustible. A bordo viajará una tripulación de hasta 28 personas.

La entrega del barco está prevista para verano de 2019, según confirmaron fuentes del astillero, que pese a las recientes entregas de un palangrero de Malvinas para la armadora Consolidated Fisheries (el CFL Hunter) y un arrastrero de litoral para el Grupo Osprey (el Henk Senior, en pruebas de pesca), aún mantiene diez buques en cartera que garantizan una elevada actividad de construcción naval en las instalaciones marinenses, con una media de 400 trabajadores al día.

Hasta la fecha, la filial naval del grupo Nodosa ha acaparado la construcción de tres grandes arrastreros de capital vigués para la renovación de la flota de altura y gran altura (otros astilleros también están construyendo pesqueros, pero para armadores extranjeros). El primer buque, de 63,7 metros de eslora, fue encargado por la sociedad Kalamar Limited (participada por la armadora viguesa Rampesca, de los Fontán), cuya botadura está programada para la vuelta de esta Semana Santa, y después se continuará con la fase de armamento para su entrega en verano. En una fase más temprana (ya se han construido los primeros bloques) se encuentra el arrastrero de Jupiter Fishing Company Ltd, integrada por la viguesa Pereira y Argos Group Limited, de 74 metros de eslora por 14 de manga, previsto para finales de 2018.

También en el segmento de la pesca, aunque para un armador extranjero, en este caso alemán, Nodosa inició la semana pasada el corte de chapa de los dos arrastreros de 35 metros de eslora de la modalidad twin rig (para la pesca con aparejos gemelos) firmados el pasado febrero. En mayo se entregará un remolcador para la firma gallega Amare Marín y los dos buques de recogida de residuos (tipo MARPOL) para el Puerto de Barcelona, de 27 y 18 metros de eslora, respectivamente, que también realizarán servicios complementarios de suministro y aprovisionamiento, como avanzó este periódico. Otros buques en cartera son una pontona de dragado autónoma -que hará las pruebas de mar este verano- y el primer buque de recogida y procesado de mejillón, incluidos en sendos proyectos de innovación.

El grupo Nodosa, propiedad de las familias Novas y Dopico, distribuye su actividad entre sus filiales industrial y naval. En el negocio naval, el centro logístico de Bueu realiza todas las tareas de prefabricación de los buques, mientras que en Marín posee tras la integración de las antiguas instalaciones de Factoría Naval una concesión marítimo-terrestre de cerca de 40.000 metros cuadrados, siete gradas para diferentes esloras, y parte de una nave en el muelle de reparaciones del Puerto.