La junta de accionistas de la "vieja Pescanova" (Pescanova SA) ha rechazado la ampliación de capital de la pesquera, Nueva Pescanova, que capitalizará créditos por 350 millones de euros. La invitación a su antigua matriz permitiría a ésta retener el 3,6% del capital, dilución que descartan de plano los socios de la SA.

Además, y pese a enfrentarse a posibles costas de 1,2 millones, la junta ha avalado al consejo para que emprenda acciones legales para defender su posición. Se judicializa así no solo la relación entre ambas empresas, sino el propio futuro de la multinacional de Chapela.

El punto 2 de la orden del día, relativo al rechazo a la ampliación, obtuvo el apoyo del 55,17% de los accionistas. El tercero, en el que debían aceptar la invitación de la pesquera a acudir a la operación, cosechó un gran rechazo entre fondos y socios históricos, y alcanzó un porcentaje final del 53,89%.

La junta arrancó con un cruce de acusaciones entre el consejo y sus críticos, el fondo Broadbill, a quien tachó de "fondo especulador" y de tener un conflicto de intereses por su doble condición de accionista de Pescanova, de Nueva Pescanova y acreedor de ésta última.