En Santiago, en Vigo y hasta en A Coruña daban por hecho ayer que la patronal de Ourense dejaría a la CEG hecha jirones. Que secundaría a la de Pontevedra con la decisión de darse de baja temporalmente de la institución que preside el coruñés Antón Arias. Que consumaría el arreón del sur contra una confederación que, claman, no se preocupa de los problemas de sus empresarios. Pero se quedó en una amenaza no consumada. La junta directiva de la Confederación de Empresarios de Ourense (CEO) decidió posponer ayer esta votación hasta después de las elecciones, en las que José Manuel Pérez Canal aspira a repetir en un segundo mandato. "Adoptamos la misma postura de Pontevedra, eso lo hemos dejado claro", expusieron fuentes de la CEO, que "plantará" a Arias siempre que los órganos de la patronal gallega no aborden cuestiones de interés para el empresariado ourensano. De nuevo afloraron críticas contra la "tibieza" de Canal y, entre sus detractores, confían en que un eventual rival ante las urnas (de momento solo opta él) sí rompa con la CEG.

En la directiva de la confederación de Ourense ha calado la amenaza de Antón Arias, que condiciona el reparto de ayudas a la permanencia de las patronales provinciales. Hoy mismo deberían entregar un documento en el que se comprometen a quedarse en la casa para optar a las ayudas del programa de prevención del riesgos laborales (PRL), según fuentes internas de la CEG. En caso de no presentar la documentación requerida el importe asignado a cada provincia se entregaría proporcionalmente a las demás. Esta circunstancia pesó de forma determinante en la propuesta de la CEO, que asegura que Antón Arias sí podría cumplir su advertencia de expulsar a los díscolos con los estatutos en la mano.

Las normas internas

"De acuerdo con los estatutos no es posible salirse de la CEG por un espacio determinado", dijo Pérez Canal en la reunión, que se empezó a las ocho de la tarde y se prolongó durante casi dos horas. El artículo 9 de las normas internas de la patronal gallega fija como uno de los "deberes" de sus socios la "asistencia a las reuniones a que sean convocados"; el número 10 establece como causa de baja forzosa el "incumplimiento grave de sus deberes". No obstante en Pontevedra decidieron salirse temporalmente de la disciplina de la CEG (la baja temporal no figura en los estatutos) sin que hayan pesado, al menos hasta ahora, los apercibimientos de Arias. La propuesta de su presidente, Jorge Cebreiros, fue ratificada por unanimidad en junta directiva, por el comité asesor y se votará en la asamblea del 30.

De momento, y hasta que José Manuel Pérez Canal no se someta a la confianza de sus vocales (26 de abril), la representación de la patronal ourensana en las reuniones que convoque la CEG no variará en exceso aunque "podría plantearse la ausencia institucional, dejando la representación de reducida al ámbito técnico" cuando la orden del día no aborde cuestiones de interés para la provincia. "Iremos para ser beligerantes -dicen desde el equipo de Pérez Canal-, nos plantaremos en el nombramiento del secretario general", que creen que recaerá en el secretario general de la patronal de Lugo, Jaime López, aliado de Antonio Fontenla (A Coruña).

La junta directiva de la CEO dio el visto bueno al presupuesto para el año en curso, que ascenderá a 1.687.189 euros, un 39% más que el ejercicio anterior, "pese a la importantísima caída registrada en los fondos de formación, que constituyen uno de los principales soportes económicos para su funcionamiento".