El 28% de la población gallega depende de una pensión pública, que es rígida y solo se adapta al coste de la vida en función de la decisión del Gobierno. Con la hucha a punto de agotarse y sin perspectivas de dejar de estar en números rojos, en los próximos cinco años la Seguridad Social solo elevará la cuantía de las pagas el mínimo legal, del 1,5%, mientras los precios escalarán más de siete puntos en el mismo periodo (un 2,4% este año). En paralelo están las consecuencias de las reformas legales y la precarización del empleo, que provocan que una persona recién jubilada cobre una pensión más baja que la que se haya retirado uno o dos años antes. Por ejemplo, los empleados gallegos que se jubilaron en enero percibieron de media una paga de 1.238 euros, once euros por debajo de los que se retiraron en enero del año pasado y otros 23 euros por debajo de los que hicieron lo propio en enero de 2015. Si se trasladan ambas cuantías a las 14 pagas que percibirán el resultado es éste: 154 euros menos al año respecto a los jubilados hace un año y 322 menos que los de hace dos.
Teniendo en cuenta que los varones partían de un salario más elevado que las mujeres esta caída de las pensiones se ceba ahora con ellos. Un recién jubilado (varón) cobró de media en enero 1.362 euros, pero el que se retiró en el mismo mes de 2015 ingresó 1.424 euros de primera paga (ahora cobrará un 0,50% más por los dos aumentos aprobados por el Gobierno, del 0,25% anual). En resumen, la pensión anual del nuevo jubilado será inferior en 476 euros a la del retirado hace un año y otros 868 euros a la de hace dos. Por contra una mujer recién retirada del mercado laboral cobró una pensión de 1.009 euros; la que se jubiló en enero de 2015 ingresó 951 euros de primera paga. ¿El resultado? Un diferencial a favor de la nueva jubilada de 840 euros más al año de pensión, que obedece a la progresiva incorporación de la mujer al mercado laboral y a puestos de responsabilidad y retribución.
El problema continúa siendo la diferencia en las retribuciones durante la vida activa de hombres y mujeres. En 2015 el sueldo anual de los hombres en Galicia fue de 19.899 euros, por los 15.501 euros de las féminas (un 22% inferior), así las nuevas pensiones de jubilación mantienen ese diferencial. La paga de alta de los varones fue en enero un 26% más elevada que la de las mujeres.
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A la hora de jubilarse, y en el caso gallego, la aportación adicional de bienes alquilados o inversiones es baja en comparación con otras comunidades. El rendimiento declarado por inversiones financieras ronda los 1.300 euros anuales de media (frente a los 1.600 de Cataluña o los 1.800 de Madrid), aunque sube a los 1.400 por la renta de pisos y otros inmuebles. En todo caso la pensión pública es el sustento principal de más de una cuarta parte de los hogares gallegos, entre los que los planes de pensiones son casi testimoniales. Están entre los cotizantes que menos complementan su paga con un plan privado, con 1.494 euros aportados de media en 2014, solo por detrás de los de Andalucía, Castilla-La Mancha y Canarias. La depreciación de las pensiones se reproduce a nivel estatal, con unas pagas anuales de jubilación que, de media, serán inferiores en 140 euros a las del año pasado y 238 a las que se dieron de alta en 2015.
