La Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) cumple cuatro décadas este año y ha alterado las opciones de la gallega, fundada en 1981, de soplar las mismas velas. La CEP debatirá el lunes en Lalín una propuesta de su presidente, Jorge Cebreiros, de solicitar su suspensión temporal como miembro de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG). Es la primera vez que una de sus organizaciones fundadoras anuncia la decisión de dejarla, incluso provisionalmente, en sus 36 años de andadura. La proposición de Cebreiros se produce después de los "goles" que -dice- ha metido el nuevo patrón de la CEG, Antón Arias, a los empresarios pontevedreses en apenas un mes de legislatura. Con la patronal ourensana dispuesta a votar la misma iniciativa la única confederación empresarial de Galicia amenaza con quedarse en una alianza de A Coruña, Lugo y entes sectoriales.

La frágil salud de la CEG se quebró en Vigo. Cebreiros había avanzado el lunes que pensaba en una ruptura temporal y Antón Arias acudió a la ciudad para conocer las razones de su homólogo para lanzar ese envite. "No tenemos constancia de ningún problema", aseguró el coruñés al término del encuentro, de unos 40 minutos y "cordial". "Si las relaciones están deterioradas -contestó sobre la crisis con la patronal de Pontevedra y la de Ourense- probablemente venga de situaciones anteriores. A día de hoy directamente no hemos tenido conocimiento de malestar por nada en concreto". Pero la estrategia de Arias de amansar a los críticos fue un fracaso y Cebreiros tardó cinco minutos en evidenciar una escisión que, de momento, solo es de palabra. "Nos sentimos agraviados y dolidos", apuntó.

"Cuando decimos que no nos gusta que nos goleen, es por él; cuando decimos que no nos gusta su propuesta de cuatro cargos, es por él", añadió para negar que los problemas sean de etapas anteriores. Cebreiros recordó la "traición" de A Coruña (su presidente, Antonio Fontenla, desoyó un pacto para no presentar candidato) y la designación de altos cargos entre personas del norte y de críticos con Pontevedra. Esos han sido los dos "goles" que no perdona a Arias. Para el coruñés, quien niega cualquier "traición", la mayoría es la que manda, y ésta la consigue a día de hoy con los apoyos de A Coruña, Lugo y sectoriales afines. "No vamos a presentar baja, somos socios fundadores y la consideramos imprescindible, pero no queremos formar parte de una CEG que no se hace cargo de los problemas de los empresarios de Pontevedra. Pedimos tiempo de reflexión sin ir a reuniones para hablar estatutos o el perfil del secretario general. En Pontevedra tenemos problemas serios", zanjó Cebreiros, que puso como ejemplo la demanda del AVE a Vigo, la salida de empresas al norte de Portugal o el déficit de infraestructuras en la provincia.

El presidente de la patronal de Ourense, José Manuel Pérez Canal, celebrará una junta directiva a mediados de marzo en la que previsiblemente ya proponga la misma iniciativa. La ruptura del pacto (Arias niega que haya existido), la decisión de externalizar la reforma de los estatutos y los últimos nombramientos son los motivos que espolean a los empresarios ourensanos, que en foros internos evalúan ya la posibilidad de "colaborar en proyectos" con Pontevedra al margen de la CEG. Pérez Canal tiene incluso como aliado al que había sido su rival, el expresidente de la CEG Antonio Dieter, un refuerzo clave teniendo en cuenta que deberá revalidar su mandato en una asamblea general a finales de abril.