La titular del Juzgado de Instrucción número 45 de Madrid, Luisa María Prieto, ha dictado auto de apertura de juicio oral por el que sienta en el banquillo al expresidente de Caja de Madrid Miguel Blesa y al exdirector financiero de la entidad Ildefonso Sánchez Barcoj por un delito de administración desleal derivado de los sobresueldos irregulares que, según el FROB, causaron un perjuicio económico de 14,8 millones de euros. La juez ha dado por concluida la investigación apenas un año después de que ambos prestaran declaración como investigados en este asunto el 24 de febrero de 2016, señalando la existencia de indicios suficientes de delito.

Este procedimiento, que viene a sumarse a las causas por las que Blesa aún tiene pendiente responder ante la justicia -por la salida a Bolsa de Bankia y por las denominadas tarjetas black, asunto por el que ya ha sido juzgado y está a la espera de conocer sentencia-, fue denunciado por Anticorrupción en enero de 2015 y estuvo paralizado casi un año debido a que el Juzgado competente sufrió varios cambios de titular.

La Fiscalía pide para cada uno de los acusados cuatro años de cárcel por un delito de administración desleal y ya el pasado 9 de mayo, cuando hizo públicas sus conclusiones provisionales, cifró en 8,5 millones de euros la responsabilidad civil a la que de forma solidaria deberán responder en caso de ser condenados. En su escrito, el fiscal Conrado Saiz solicitaba además al exsecretario general de la entidad Enrique de la Torre, una indemnización civil de 2,8 millones de euros, correspondiente a la cantidad que cobró "en exceso" de la indemnización recibida por la caja tras su salida en 2009.

Durante su declaración ante la juez, el 24 de febrero del pasado año, Blesa justificó la decisión en 2008 de aumentar la retribución entre un 16 y un 26% del sueldo fijo, lo que implicaba mantener la masa salarial de un año anterior a pesar de que, entre medias, el comité de dirección pasó de diez a nueve miembros por la salida de Ramón Ferraz Ricarte.