Acuinova Actividades Piscícolas es la filial que constituyó Pescanova en Mira (Portugal) para construir y operar la mayor granja de rodaballo del mundo. Aunque la pesquera de Chapela envía los alevines y compra después los ejemplares para su venta (las 127 personas que trabajan allí también están en nómina del grupo gallego), la infraestructura es propiedad de cuatro bancos portugueses. Nueva Pescanova, a través de su filial acuícola Insuiña SL, forzó el 30 de enero un preconcurso para obligar a las entidades a reestructurar una deuda de 100 millones y, de paso, dejar de enviar alevines sin cobrar nada por ellos. BPI, Millennium BCP, Caixa Geral y Novo Banco buscan ahora accionistas interesados en el activo por dos motivos: rebajar las pérdidas que asumirán con la quita y mantener la producción.
La compañía ya ha trasladado esta iniciativa a la Agência para o Investimento e Comércio Externo de Portugal (Aicep), dependiente del Gobierno, a fin de que colabore en la búsqueda de capital para reflotar la compañía. Acuinova entiende que, tras haber nacido como un Projecto de Interesse Nacional (PIN), Lisboa debe involucrarse. En Nueva Pescanova han ofrecido la condonación de la deuda (no ha concretado si la que se contabilizó en el concurso, de 129,8 millones y clasificada como contingente, o la acumulada desde entonces con Insuiña) para ayudar a que la macroplanta no cierre. En el sector advierten que encontrar un nuevo dueño es tarea casi imposible por las deficiencias de la infraestructura, máxime cuando apenas opera al 30%.
Según el despacho Uría el plazo de negociación entre Acuinova (los bancos) y Nueva Pescanova es de tres meses (dos prorrogables a un tercero). El Tribunal de Coimbra ha nombrado como administrador a Bruno Miguel da Costa, quien deberá validar todas las operaciones de la empresa.
