“La industria auxiliar [de la automoción] tiene futuro como mínimo para la próxima década”. Con esta contundencia defendió esta mañana la actividad de un sector económico clave para el entorno de Vigo y Galicia el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante un cara a cara con el portavoz socialista en la Cámara, Xaquín Fernández Leiceaga, que reclamó una mayor inversión para “reforzar” a esas empresas frente a la competencia, sobre todo, de Portugal.

Leiceaga y Feijóo evidenciaron el tono conciliador de su relación frente a la aspereza que este último mantiene con Luís Villares (En Marea) y Ana Pontón (BNG), si bien el presidente del Ejecutivo no respondió a la petición del primero de crear una subcomisión parlamentaria para analizar el sector de la automoción y articular medidas para contribuir a su crecimiento ante la competencia de Portugal y otros países con costes de producción más asequibles y que incluso han arrebatado pedidos de PSA-Citroën a la comunidad.

Mientras Leiceaga aseguró que las inversiones en la industria auxiliar han caído, Feijóo defendió su vigor y citó en 750 millones de euros la inyección de fondos tras los tres modelos que fabricará la factoría de PSA-Citroën en VigPSA-Citroëno, de los que responsabilizó en parte a sus propias gestiones. “Vigo consiguió contratos por la excelente competitividad de los trabajadores; en segundo lugar, por la excelente competitividad de las industrias auxiliares; y en tercero, por el apoyo de la administración del Estado, a través de la Zona Franca, y de la Xunta”, enumeró.

También aseguró que el sector había ganado 2.000 puestos de empleo el año pasado y aumentado un 10% su facturación, según “cifras del Clúster de la Automoción”. E indicó que el futuro pasa por lograr clientes más allá de PSA. De momento, el 60% de sus ventas no son para ese grupo, cifró Feijóo.

Enfrente, Leiceaga mostró datos opuestos. "Perdimos 2.000 empleos y Portugal ganó 6.000 en los últimos cinco años", cifró aludiendo el balance de 2015 publicado por este diario.

El empuje de Portugal se ha traducido no solo en la captación de empresas desde Galicia, sino en su constitución como competidor en el extranjero al ofrecerse como constructor a fabricantes asiáticos.

Reconoció la difícil competencia que ofrece Portugal, con costes laborales hasta cuatro euros más bajos por hora -13 euros frente a 17 en Galicia-, y anunció que se aprobará una ley de fomento de la implantación empresarial para simplificar la tramitación administrativa y combatir el coste cero del suelo industrial al otro lado de la raia.

Hace apenas un mes se conoció que dos proveedores del sector se instalarán en Portugal, donde crearán más de medio millar de empleos.

Comercializarán este año la Plisan

Aun así, no respondió a la petición de Leiceaga de denunciar a Portugal por “ayudas estatales no autorizadas”. Sí lo hizo ante la retranca del socialista, que puso en duda la Plataforma Logística de Salvaterra-As Neves (Plisan), al deslizar que "es más fácil que entre en el convenio Ramsar [como humedal protegido para aves acuáticas] que que albergue una sola instalación industrial". Ante ello, Feijóo aseguró que este año iniciará su actividad. "Vamos a comercializar la Plisan este año", declaró.

En cuanto al suelo industrial, uno de los atractivos lusos para captar inversiones al ofrecer terrenos a coste cero, Feijóo explicó que ofrecen precios competitivos como los 2 euros por metro cuadrado de Mos, el euro de Pontecaldelas o los 0,9 de Arbo, si bien en estos casos se trata del coste del derecho de superficie, es decir, del terreno, no de la infraestructura para albergar una fábrica.

Suelo industrial rebajado

La estrategia de rebaja de precios del suelo industrial de momento no ha dado el resultado esperado por la Xunta. En dos años, apenas ha vendido el 24% de los terrenos puestos a la venta con incentivos, ingresando 31 millones de euros con un descuento de 23,7.

El titular del Ejecutivo reconoció su "preocupación" por la competencia lusa y aseguró que estarán vigilantes. "Vamos a respetar las normas de competencia y estaremos orientados para que se defiendan en la Eurorregión", indicó.

Ambos dirigentes coincidieron en la necesidad de que la bajada de salarios no sea la vía para elevar la competitividad de la industria gallega, aunque Leiceaga reclamó una inversión que considera nula por parte de la Xunta mientras Feijóo reivindicó su impulso. "Incentivamos la industria con 100 millones de euros, lo que movilizó otros 600", declaró el presidente.