Los títulos de Banco Popular se desplomaron ayer un 7,43% en bolsa, alejándose del nivel del euro, después de presentar pérdidas por 3.485 millones de euros en 2016 tras realizar provisiones por más de 5.600 millones. De este modo, el banco que todavía preside Ángel Ron -dará el relevo a Emilio Saracho el próximo día 20- se convirtió en el farolillo rojo de la sesión.

Popular registró unas pérdidas históricas de 3.485 millones de euros para el ejercicio 2016, unos resultados inferiores a los inicialmente previstos, ya que se han visto afectados por elementos no recurrentes, entre ellos la reestructuración de la cartera ALCO, que ha supuesto un coste de 107 millones, y el plan de ajuste, que ha alcanzado los 370 millones. A ello se suman 229 millones correspondientes a las provisiones por las cláusulas suelo; el descenso en la rentabilidad de Targobank y el deterioro en su fondo de comercio, que han tenido un impacto de 240 millones; además de 4.200 millones por las mayores provisiones de crédito e inmuebles y 47 por el impacto de la reciente reforma fiscal.

El Plan estratégico de Banco Popular contemplaba la reducción en 15.000 millones de euros de los activos improductivos a 2018, alcanzar un ratio CET1 fully loaded superior al 12% y mejorar la rentabilidad con un objetivo de ROTE (retorno sobre el capital tangible) del 9% para finales del año que viene, además del pago del dividendo en efectivo con un payout de al menos el 40% para el final del periodo.

El todavía presidente de Popular, Ángel Ron, señaló en su última rueda de prensa de presentación de resultados que la acción de la entidad se está viendo castigada en Bolsa porque el mercado "no ha reconocido las fortalezas" del banco, pero deseó que llegue un momento en que éstas se tengan en cuenta. "Hay un núcleo muy fuerte y muy potente del banco (el negocio de pymes) que ha crecido y que ha conservado una rentabilidad que se ve opacada o perturbada por el peso de los activos improductivos", resumió.

Desde su punto de vista, el negocio de pymes, autónomos y familias del banco, "muy ambicionado por otros competidores", no está lo suficientemente valorado por los inversores, por lo que espera que con las medidas de separación de negocios que el banco ha tomado en el último año su valoración en Bolsa mejore. "Esto requiere tiempo y que el mercado vea que las medidas tomadas tienen las consecuencias que se esperan. Para que el mercado se lo crea hace falta ejecución, ejecución y ejecución, y que lo que se hace sea coherente con lo que se dice", insistió Ron.