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La flota argentina teme que China atraiga a 800 barcos ilegales con su "megabase" logística uruguaya

Advierten una estrategia por expandirse en el Cono Sur al igual que hizo en África -Ambos países quieren un tratado de libre comercio

Inicio de las obras de construcción de la base logística de Puntas de Sayago, en Uruguay. // ANP

El establecimiento en Uruguay de una megabase logística de capital chino permitirá que decenas de barcos asiáticos no tengan que parar entre marea y marea para reparar los barcos o descargar la mercancía. Lo primero lo hacen de momento en China o Taiwán, lo que obliga a los pesqueros a acometer una larga travesía y dejar de faenar durante meses; para lo segundo utilizan barcos factoría o acuden a puertos lejanos, con mucho coste. Cuando esté terminado el polo logístico de Puntas de Sayago no tendrán estos perjuicios, lo que, en opinión del sector pesquero argentino, hará de efecto llamada y "duplicará" el número de barcos asiáticos que pescan en el Cono Sur. Frente a Uruguay, Argentina y al norte de Malvinas se estima que operan -fuera de las 200 millas de régimen exclusivo- 400 barcos de forma irregular, que explotan sobre todo la pota. La megabase uruguaya, a 14 kilómetros de Montevideo, es una iniciativa del holding chino Shandong Baoma para dar cobertura a toda esa flota.

La infraestructura, que ocupará 100 hectáreas, ha comenzado a edificarse con las naves de servicio. El grupo asiático tendrá 28 hectáreas para la construcción de una factoría de elaborados de 30.000 toneladas, un astillero de reparación, dos muelles, una zona de estiba o un depósito de combustible. "La gran ofensiva comercial china en Latinoamérica es parte de una ofensiva similar a la que hicieron en África hace unos siete años; considero que es parte de un plan estratégico", opina Milko Schvartzman, experto en el sector y excoordinador de Océanos de Greenpeace. "Lo que más me preocupa de la construcción de un polo logístico pesquero chino en Uruguay es que les va abaratar aún más los costes a su flota, lo que se suma al incumplimiento de todo tipo de normas", añade en una conversación con Iberoamérica Central de Noticias.

En julio de 2012 la flota cefalopodera gallega (una veintena de barcos de Vigo y O Morrazo) se vio obligada a abandonar Mauritania después de que el país magrebí se negase a ceder pulpo por supuesta sobrepesca, pero un año antes había suscrito un acuerdo multimillonario con la china Poly Technology Inc., principalmente interesada en los cefalópodos. Esta expansión se repitió en Guinea Bissau, Conakry, Angola o Mozambique, primero con actividades de pesca a larga distancia y después con la compra de empresas mixtas. Las organizaciones medioambientales calculan que en las aguas occidentales del continente africano operan medio millar de arrastreros de capital chino. Las firmas chinas Fujian Shiahai y Polytechnology llevarán a cabo la construcción de dos infraestructuras portuarias en Guinea Bissau y Mauritania, respectivamente, en las que invertirán 400 millones de euros (la plataforma de Uruguay costará 190).

Este efecto llamada es el que temen los armadores que trabajan en Argentina, y desde el sector lamentan su incapacidad para hacer frente al dominio asiático. Durante el parón de la campaña de pota, según fuentes de la industria, al menos medio centenar de poteros asiáticos permanecieron fuera de las 200 millas de aguas argentinas y de Malvinas faenando calamar. "El mar es muy grande y no hay medios para supervisar a todos. Hay barcos que entran en la zona exclusiva para pescar pota; lo sabemos todos, pero no puedes perseguir a la vez a doscientos barcos", expone un directivo gallego del sector. Se suma además la complicidad entre el Gobierno de Uruguay con sus homólogos chinos, y ambos trabajan en la redacción de un Tratado de Libre Comercio para 2018. "Tenemos que trabajar duramente y empezar las negociaciones cuanto antes", dijo a la revista local Búsqueda el encargado de Negocios de la Embajada china en Montevideo, Zhang Wenwei.

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