El precio de la luz marcará hoy un nuevo máximo desde el invierno de 2013: el megavatio/hora superará los 100 euros en los momentos más caros del día (las 20 y las 21 horas) y no bajará de los 75 euros en los más asequibles (a las 5 de la madrugada). Continuará así la escalada que este mes de enero registra el mercado mayorista de la electricidad, en un contexto de aumento de la demanda por las bajas temperaturas y de mayor aportación a la generación de las tecnologías más caras (las térmicas de gas y de carbón). ¿Qué impacto tendrá esa inflación energética en el recibo? Según la patronal Unesa, la próxima factura será "ocho o nueve euros" más cara para los 12 millones de hogares españoles que están acogidos al precio regulado, de los que en torno a medio millón son gallegos. Fuentes de la patronal indicaron a FARO que cerca de la mitad de los hogares de Galicia están bajo el sistema de tarificación PVPC (precio voluntario para el pequeño consumidor). Desde Gas Natural añadieron que, de los 1,7 millones de clientes eléctricos que tiene en la comunidad, 1,4 millones son PVPC.

Las eléctricas se pronunciaron ayer acerca de la situación del precio de la luz por primera vez desde que el foco público ha vuelto a ponerse sobre el funcionamiento del mercado. "El sector no tienen ningún interés en que el precio esté alto", señaló Eduardo Montes, ejecutivo que preside Unesa. Y añadió al hilo de las sospechas de manipulación: "Es muy difícil que en el mercado haya algo que no sea absolutamente normal". La retribución media que recibirán hoy las compañías generadoras por cada megavatio que vendan a las comercializadoras será cercana a los 92 euros, el doble de la percibida en la misma fecha de hace un año.

El sector lo atribuye a la conjunción de varios factores coyunturales: la ola de frío que eleva la demanda, la baja producción hidráulica (por el modesto nivel de los embalses) y eólica (por la falta de viento, algo frecuente en invierno), el encarecimiento del carbón y el gas (asociado al del petróleo y que eleva los costes de la generación térmica) y la exportación de electricidad a Francia, que tiene centrales nucleares paradas por revisiones.

Los sectores más críticos con el funcionamiento del mercado eléctrico español ven también indicios de actuaciones estratégicas de las compañías para alterar los precios. Se ha criticado por ejemplo que grandes grupos energéticos tengan indisponibles centrales de ciclo combinado (gas) más eficientes y competitivas en costes que los que están entrando en el mercado y fijando a la postre el precio de la luz durante las horas del día con mayor demanda. Según Jorge Fabra, expresidente de Red Eléctrica de España y uno de los expertos más beligerantes con el sistema español, la regulación tiene lagunas y fallos que incentivan a las empresas generadoras a elevar los precios de manera artificial.

"El mercado eléctrico es muy volátil en España y en Europa porque depende de muchas cosas", señaló Eduardo Montes desde Unesa. Según la patronal, el precio del megavatio ha tenido estos días precios similares en Francia o en Italia. Montes añadió que, como media, el impacto de lo ocurrido estos días será de "ocho o nueve euros" en el recibo de enero. Ese sobrecoste afecta a un tercio de la factura, el que corresponde a la energía consumida y a los tributos (IVA e impuesto de la electricidad) que se aplican sobre él.

Unesa precisó que la subida afecta solo a los usuarios que están en el mercado regulado, aquellos que pagan el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC). Están en esa situación el 46% de los hogares españoles y, entre ellos, cerca del 50% de los gallegos. Para ellos, el precio de la energía consumida es distinto en cada hora conforme a las variaciones del mercado mayorista, a raíz de la reforma eléctrica que entró en vigor en 2015. Unesa instó ayer a los consumidores a firmar este tipo de contratos que, sin embargo, a la larga resultan más caros que la tarifa regulada, según el criterio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).