La factura de la luz va desbocada y, por el momento, sin freno a la vista. El coste de la electricidad alcanzará hoy, los 88 euros por megavatio hora de media, su precio más alto desde diciembre de 2013 y la previsión es que continúe con este ritmo ascendente por lo menos durante diez días más. Su coste es ahora un 50% más caro que hace un año. El incremento ha desatado las críticas de las organizaciones de consumidores, que protestan por la falta de transparencia del mercado energético, que denuncian "está en manos de un oligopolio de empresas" a las que acusan de manipular los precios, y ha obligado al Gobierno a tomar cartas en el asunto. El ministro de Energía, Álvaro Nadal, anunció que aprobará una serie de medidas con el fin de incrementar la competencia en el mercado del gas en un esfuerzo por frenar esta escalada.

Mientras, las pocas voces del mercado eléctrico achacan este encarecimiento a una tormenta perfecta. O más bien a la ausencia del mal tiempo. Por un lado, la ola de frío ha incrementado notablemente la demanda, pero quienes están tirando por la producción son las centrales de gas y carbón, que son las más caras. Por contra, las hidráulicas funcionan al ralentí debido al bajo nivel en el que se encuentran los pantanos por la falta de lluvia. Y las renovables están bajo mínimos. La escasez de viento provoca que la eólica casi no aporte nada al sistema, mientras que tampoco hay horas de sol suficientes para que la fotovoltaica tire. A todo esto se une que una parte de las centrales nucleares francesas están paradas desde octubre, lo que obliga a los galos a comprar electricidad en España, lo que ayuda a tirar por los precios.

Estos incrementos solo tocarán a los hogares que tengan la llamada tarifa regulada (el Precio Voluntario para Pequeños Consumidores), a la que están acogidas la mayoría de facturas eléctricas domésticas del país. El coste de este mercado mayorista, el que ahora sube sin freno, pesa un 30% sobre este recibo, y el resto se reparte entre los impuestos y peajes, que el Ejecutivo mantiene congelados. Con este escenario, Álvaro Nadal anunció la puesta en marcha de forma inmediata de un "creador del mercado" para el sector gasista que ayude a crear competencia.

Entre las medidas adoptadas figura también la de obligar a las grandes compañías gasistas, lo que se llaman "operadores dominantes", a presentar ofertas por un volumen determinado de gas en Mibgas para conseguir que los precios sean más competitivos.

Ante esta situación, la asociación de consumidores Facua ha exigido "la intervención del sector para que sea el Ejecutivo el que fije periódicamente una tarifa asequible". Según sus cálculos, de seguir con estos precios, la factura de la luz de enero del usuario medio -con una potencia contratada de 4,4 kW y un consumo mensual de 366 kWh mensuales, pero sin contador inteligente- sería la más elevada desde principios de 2012: pagaría 84,57 euros mensuales (impuestos incluidos).