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La patronal gallega bloquea las elecciones del 27 para evitar la exhibición de ruptura

Fontenla, sin un respaldo mayoritario, elude someterse a un mandato como el de Alvariño, con media CEG en contra -Pontevedra, A Coruña y Lugo anulan las aspiraciones de Pérez Canal

Jorge Cebreiros. // Adrián Irago

En la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) se apuntan entre sí en una especie de juego de confianza con pistolas de fogueo y de verdad. Si uno dispara, disparan todos; si nadie aprieta el gatillo, de repente se convierten en mejores amigos. La intención es evitar otra muestra pública de división interna que dura casi cuatro años y que iba a continuar después de las elecciones a la presidencia, convocadas para el viernes 27. Lo que pretende ahora la patronal gallega es que éstas no se celebren (que no haya candidatos) para no dar un espectáculo de ruptura. Y, de paso, evitar que quien aspiraba con más papeletas al puesto de patrón de la CEG, Antonio Fontenla, pierda por primera vez. El coruñés, acostumbrado a arrasar en cada convocatoria electoral, contaba con el apoyo de Lugo y de algunas sectoriales, pero estaba condenado a dirigir una organización ingobernable, con la mitad de vocales en su contra y sin la complicidad de la Xunta.

Si el viernes Pontevedra (por poner un ejemplo) presentase un candidato a la presidencia sin el plácet previo de A Coruña y Lugo, estas dos provincias votarían en contra; si optase al liderazgo una sectorial (como sucedió con Antonio Dieter) sin consenso, las provincias vetarían la propuesta. Esta especie de acuerdo, al que no se ha adherido Ourense -reúne hoy a su junta directiva-, se alcanzó ayer en las postrimerías de una comida en Lugo a la que asistieron los cuatro líderes provinciales: Jorge Cebreiros (Pontevedra), José Manuel Pérez Canal (Ourense), Jaime López (Lugo) y Fontenla. "Es una opción magnífica para él [por el coruñés]", exponen fuentes de la CEG. Si se cumple este pacto de mantel de restaurante, la situación a efectos prácticos será la misma que hasta ahora, con el coruñés como portavoz de la patronal gallega y su mayor aliado, López, como secretario general en funciones.

"Lo que le pediremos a la asamblea el día 27 es que permitan una prórroga del mandato de la junta de vicepresidentes durante un tiempo prudencial", unos dos meses, para "buscar un líder de consenso" y reformar los estatutos. Esta iniciativa fue refrendada el lunes en la junta directiva de la patronal de Pontevedra "por unanimidad", y a su vez trasladada por Cebreiros a sus homólogos en la comida de Lugo. "La CEP me mandató a hacer esa propuesta, y es la que hamos acordado tres patronales provinciales", ratificó Cebreiros a este periódico.

Se trata de una vía que "elimina males mayores" y, curiosamente, libra a Antonio Fontenla de encarar un mandato como el de su eterno antagonista, José Manuel Fernández Alvariño. El vigués se hizo con la presidencia en 2013 sin adversario pero con 53 votos en contra después de que otro conocido de la CEG, Antonio Dieter, pidiese poder votar pese a que no era necesario. Alvariño se convirtió en presidente de la patronal gallega con opositores desde la línea de salida; a Fontenla le esperaba el mismo destino esta vez. A los 40 votos que corresponden a la confederación de A Coruña sumaría los 32 de Lugo y el de alguna sectorial (José Luis Rodríguez Dacal, de Farmacias, considera que "el único capaz de sacar esto adelante es Fontenla" ). Frente a él, los 30 de Ourense y los 32 de Pontevedra, ya que ni los afines a Cebreiros ni sus críticos quieren al coruñés al frente de la CEG. Y, sobre todo, rechazan la permanencia de Jaime López en la secretaría general, un cargo muy bien remunerado. "Él y Fontenla son enemigos, pero se unen porque tienen objetivos comunes", interpreta un miembro de la junta directiva de la CEG. El lucense fue el único que apostó abiertamente por el coruñés para liderar la patronal, que dirigió entre 2001 y 2013.

El "sainete"

Para muchos empresarios la CEG está ofreciendo un "sainete" con "personas que toman decisiones arbitrarias y sin ningún criterio". En un momento del encuentro de ayer se llegó a plantear la posibilidad de que cada uno propusiese dos nombres por provincia "pero sin ningún corte, porque sí", con el "único objetivo de forzar a que ninguno de nosotros se apoye entre sí". Con este precedente, entienden en la patronal que el plazo "prudencial" para lograr un presidente de consenso "no servirá de nada". "Están tan enconados en que no gobierne el de A Coruña o el de Ourense que no están para nada más". Porque, con el pacto de la comida, cualquier aspiración que pudiese tener Pérez Canal de optar a liderar la CEG, y aunque él contaba con los votos de Pontevedra, ha acabado en la basura.

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