La quincena de barcos poteros gallegos que faenan en el caladero argentino con bandera local arrancan esta semana la campaña con la esperanza de resarcirse de un 2016 nefasto. Según los datos de la Subsecretaría de Pesca de la Nación, los buques desembarcaron 60.315,5 toneladas de pota en los muelles nacionales, un 52,4% menos que el ejercicio anterior y otro 65% por debajo de los volúmenes de 2014. En la Ría de Vigo, donde se concentra más de la mitad de la elaboración de cefalópodos de España, la escasez de la especie derivó en la necesidad de recurrir a pesquerías como las de California, Vietnam, China e incluso Holanda para abastecerse, aunque la falta de cefalópodos fue una tónica general en todo el mundo por los efectos del fenómeno de El Niño.

No fue hasta junio cuando la veintena de buques de capital gallego que operan en las Falklands (Malvinas) dejaron atrás la crisis con capturas históricas de calamar (loligo), si bien los precios continuaron de media un 50% por encima de los valores normales. La industria transformadora trasladó el incremento de los precios al consumidor, lo que redundó en una mejora de los márgenes y la facturación pese a que el volumen de toneladas vendidas fue inferior. Esta situación ha beneficiado a firmas como Fandicosta, Profand o Frigorífico Rosa de los Vientos.