La Food and Drug Administration (FDA), encargada de la supervisión de alimentos o medicinas en Estados Unidos, bloqueó en diciembre 141 importaciones de pescado, muy por encima de las de vegetales (73), golosinas (43), cosméticos (79) o productos tóxicos (un único expediente). La razón es casi siempre la misma: falta de salubridad o productos en mal estado. Entre las especies afectadas (bacalao, sardinas, salmón, tilapia) volvió a destacar uno casi desconocido para el público en España: mahi-mahi o perico. Como avanzó FARO en su edición del 27 de diciembre, el bloqueo sistemático de la FDA a las importaciones de este producto abocan a los mayoristas locales a buscar alternativas. Y, entre los productores, asumen que la elaboración de mahi-mahi ha dejado de ser rentable.
A lo largo de 2016 la FDA paralizó la entrada en el país de casi 300 contigentes de este pescado, muy apreciado entre la población latina norteamericana. Esta cifra es un 65% superior a la del año anterior y sitúa al mahi-mahi como la proteína marina más perjudicada por la agencia estatal, que en numerosas ocasiones ni siquiera la somete a análisis. En 2015 el langostino, el atún, el pargo y la langosta habían sido, por este orden, los que más problemas tuvieron para superar los requisitos de la FDA.
El mahi-mahi es una de las apuestas de Pescanova para mejorar su penetración en el mercado de EE UU y ya lo elabora en su factoría de Perú, pero la multinacional de Chapela no es la única que trabaja la especie. Interatlantic Fish, Profand (en Produmar, Paita) y Marfrío-Vieira Perú (también en Paita) tienen al perico en su catálogo. "A día de hoy no compensa, y tampoco hay mucho", constatan fuentes del sector sobre una especie que, como los cefalópodos, también se vio afectado por el fenómeno de El Niño. Y es un pescado caro, de en torno a 9,5 dólares el filete, según las mismas fuentes. Los medios especializados insisten en que el mahi-mahi desaparecerá de los menús norteamericanos por la agresiva campaña de la FDA.
