Duró poco el pretendido consenso en la patronal gallega. Si para desbancar a Antonio Dieter Moure las confederaciones provinciales lograron remar en la misma dirección y solapar al mismo tiempo la voz de las sectoriales, ahora estrenan alianzas y disputas (inéditas en ambos casos). Hace un año A Coruña apoyaba al malogrado patrón ourensano, con la férrea oposición de Lugo y las facciones oficialistas de Pontevedra y Ourense. Hoy, a un mes de los comicios, los lucenses quieren que A Coruña asuma la presidencia, con el vigués Jorge Cebreiros apelando todavía al acuerdo y el ourensano José Manuel Pérez pidiendo renovación. La junta directiva de la Confederación de Empresarios de Ourense (CEO) ha sido la primera -y única, de momento- en plantar cara a las aspiraciones de Antonio Fontenla de no tener oposición.
Oficialmente el veterano dirigente coruñés -lleva dieciséis años al frente de la CEC y acaba de renovar por un quinto mandato- asegura que no pretende optar a la presidencia en las elecciones del 27 de enero, pero en Lugo lo dan por hecho y, según fuentes internas de la patronal gallega, él mismo lo ha sugerido en Santiago. Por esta razón se anuló a última hora un sistema de presidencias rotatorias que los cuatro presidentes provinciales habían acordado para alcanzar la paz interna, una garantía que también se trasladara a los bancos. "En Lugo dicen que va a ser él porque nadie se va a oponer, y en realidad es muy difícil que nadie le plante cara". Fontenla ejerce un control férreo en la patronal coruñesa, con una especie de disciplina de partido en cuanto al voto. Sus 40 vocales votan en el mismo sentido, al igual que sucede con los 32 de Lugo. Para lograr el sillón presidencial son necesarios 97 votos.
"Si quieren lo pueden alcanzar, porque muchas sectoriales van a votar lo que decidan Fontenla y Jaime (López, de Lugo)", creen desde la junta directiva. Para ese objetivo distan 25 votos de los 58 que corresponden a las organizaciones sectoriales. Salvo los más próximos al fugaz Dieter Moure (Asime, Farmacias, Comercio) u otras afines al presidente provincial de Pontevedra, el resto son votos a cautivar. De los testimonios de personas próximas a la CEG emerge una conclusión clara: nadie quiere inmolarse ante Antonio Fontenla sin los suficientes apoyos. Y es aquí donde entra de nuevo la posición de Ourense, la de Pontevedra y San Caetano.
El pronunciamiento
La CEO lanzó ayer un mensaje subliminal a Fontenla y a Jaime López. En una nota difundida a los medios sostuvo que su junta directiva "instó a los integrantes de la CEG a mirar hacia el futuro buscando consenso en la renovación y no una vuelta al pasado". Que el coruñés repita en la patronal gallega no tiene cabida en los planes de la organización que dirige Pérez Canal. "Al mismo tiempo -sigue el comunicado- hace un llamamiento a que el personal técnico de alta responsabilidad de la CEG no debería pertenecer a ninguna de las organizaciones integradas en la patronal gallega". López es secretario general (presidente, a efectos prácticos) de Lugo, y ahora ocupa el mismo cargo en la confederación autonómica de forma provisional. Fontenla, por su parte, compatibilizó la presidencia de la patronal gallega con la de A Coruña entre 2001 y 2013. La CEO defendió el sistema de presidencias rotatorias provisional para lograr la "ansiada pacificación interna".
¿Y Pontevedra? De momento el mensaje oficial sigue siendo el de la búsqueda de consenso, pero Cebreiros apoyaría a Pérez Canal si éste decide volver a presentarse (perdió el año pasado contra su vecino Dieter). Afín a José Manuel Fernández Alvariño, Cebreiros es consciente -así lo apuntan desde la CEP- que no puede "de ningún modo" defender el regreso de Antonio Fontenla al máximo cargo de la patronal en Galicia. Pérez Canal tiene elecciones en abril, pero el plazo de presentación de candidaturas a la CEG está abierto hasta el 20 de enero. "Pueden pasar muchas cosas", dicen desde la ciudad de As Burgas. En la Xunta el regreso de Fontenla no tiene un solo apoyo y, al menos en los fueros internos, aplaudiría un paso al frente de un opositor.
