Después de casi dos años de agonía, la planta de Faurecia en Burlada (Navarra) echó el cierre la semana pasada de forma definitiva, dejando sin trabajo a 81 empleados (el centro llegó a tener más de 180 trabajadores). La dirección rechazó la posibilidad de aguantar la actividad al menos seis meses más y desde el Gobierno navarro continúan las negociaciones para tratar de reindustrializar las instalaciones. El motivo del cierre, como recogió FARO en febrero de 2015, fue la caída de los volúmenes de producción por la pérdida de su principal cliente.

Este centro navarro -participado también por el grupo estadounidense Lear Corporation- se dedicaba a la fabricación de guías para las armaduras de los asientos (que permiten su desplazamiento para ajustarse a la estatura del conductor y del acompañante) que luego se exportaban a la factoría de Faurecia en São João de Madeira, en Portugal.

La decisión del cierre de Burlada vino precedida por la pérdida de un importante contrato con el grupo germano Volkswagen, que representaba aproximadamente el 40% de su facturación total, y que se fue a manos de la compañía estadounidense Johnson Controls. A esto se sumó el traslado de parte de su producción a otra planta polaca de la empresa.

Faurecia cuenta con 24 plantas de producción en España, 5 de sistemas de emisión, 9 de componentes de interior, 6 de asientos y 4 de exteriores, y cuatro centros de innovación y desarrollo. En Galicia, la multinacional gala posee cuatro fábricas en Vigo, Porriño y Ourense.