Euskaltel prometió mantener la sede, la estructura directiva y el empleo de R en Galicia tras cerrar la compra de la compañía hace ahora poco más de un año por 1.155 millones de euros. Pero la fusión y sobre todo la marcha del que fuera consejero delegado y director general de la operadora gallega durante 17 años, Arturo Dopico, le obligaron a poner al frente de la firma a un directivo procedente de Euskaltel, Manuel Salaverría, que le relevó como consejero delegado.

El grupo de telecomunicaciones líder del Norte de España tuvo además que modificar su estructura directiva, porque con Dopico abandonó también el director de Planificación Estratégica y Desarrollo de Negocio, Francisco Rodeiro, uno de sus más fieles colaboradores. Desde ayer, el director general de la operadora es un gallego, Alfredo Ramos, que hasta ahora ocupaba la dirección de la división residencial de R.

La elección de Ramos, ingeniero de Telecomunicaciones por la Universidade de Vigo de 44 años, fue decidida después de que la compañía realizase una evaluación y tras considerar su "calidad profesional, capacidad para gestionar equipos y dilatada experiencia en el sector y en la propia R".