El Gobierno de Mariano Rajoy quiere poner en hora el reloj de la jornada laboral en España y plantea que, con carácter general, el horario de trabajo acabe a las 18.00 horas, más cerca de países como Alemania o Reino Unido. "No es una utopía", señaló ayer la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, que anunció en el Congreso de los Diputados que buscará un Pacto de Estado para la conciliación y racionalización de horarios en el que se incluya, incluso, "estudiar las posibilidades que tendría el cambio de huso horario".

Báñez destacó que la propuesta de finalizar la jornada laboral a las 18.00 horas -la media de salida es a las 19.00 horas- y de adaptar los relojes al posicionamiento geográfico de España ya la lanzó Mariano Rajoy antes de las últimas elecciones y añadió que es una propuesta "valiente" que debería contar con el apoyo mayoritario de la sociedad española. "Alguno tiene que dar siempre el primer paso y por eso pido el compromiso de las empresas más grandes y de las asociaciones empresariales y de los sindicatos", subrayó Báñez.

El huso no se corresponde con la situación geográfica de España. Esta anomalía se debe a una iniciativa impulsada por Alemania al comienzo de la II Guerra Mundial que buscaba aprovechar al máximo la luz solar extra de primavera y verano. Alemania impuso su hora a Francia tras invadirla. Reino Unido, Portugal y España -en 1940- secundaron la medida, si bien los dos primeros volvieron después al huso occidental, pero no así España. Esto provoca que el país tenga la misma hora que Francia, Alemania e Italia y que no coincida con su hora solar. Los españoles almuerzan a la una de la tarde solar, pero en sus relojes marcan las 14.00 horas en invierno y las 15.00 horas en verano.

La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe), una entidad sin ánimo de lucro cuyos fines son concienciar a la sociedad sobre el valor del tiempo y la importancia de su gestión, lleva tiempo reclamando el establecimiento del huso horario correspondiente a España "como elemento que sirva de armonización para las medidas de fondo favorecedoras de la conciliación y la optimización del uso del tiempo", entre las que también incluye el fin de la jornada laboral a las 18.00 horas. Tras escuchar ayer la propuesta de Fátima Báñez, el presidente de Arhoe, José Lluis Casero, indicó que parece que hay "una voluntad de pactar y discutir sobre estas medidas para las que se reclama liderazgo político, que no se premie al que calienta la silla".

El profesor de Economía de la Universidad a Distancia de Madrid José María Fernádez-Crehuet abordó en su tesis doctoral la peculiaridad de los horarios laborales de España (de 9.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00 horas) en el contexto europeo y llegó a la conclusión de que los españoles trabajan más tiempo con peores resultados (la productividad es menor) y los horarios son un lastre para la conciliación de la vida laboral y personal.

Horarios laborales habituales en Europa

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A la ansiada conciliación se refirió también ayer en el Congreso Fátima Báñez para defender que "la jornada laboral en España, con carácter general, acabe a las 18.00 horas", además de "estudiar las posibilidades que tendría el cambio de huso horario". La ministra de Empleo también defendió fórmulas de conciliación "como el teletrabajo o la creación de una bolsa de horas para gestionar asuntos propios", algo que, apuntó, "ya se hace en algunos sectores competitivos".

Durante su intervención en la Comisión de Empleo y Seguridad Social del Congreso de los Diputados, Báñez también destacó la necesidad de un diálogo "leal y constructivo" para estudiar la posibilidad de poner en marcha un fondo de capitalización para los trabajadores, conocido como mochila austriaca, al que puedan recurrir a lo largo de su vida laboral en circunstancias de despidos, movilidad geográfica, formación o jubilación. Se trata de una propuesta central del programa electoral de Ciudadanos.

La ministra de Empleo detalló que el Gobierno trabajará por la apertura de la mesa de diálogo para incluir en los presupuestos de 2017 la ampliación a cuatro semanas del permiso de paternidad, a la vez que impulsará una "tarjeta social" en la que figuren las prestaciones y rentas que reciben los ciudadanos de cualquier administración pública.